Por Victor Hernández
Cerró ayer su precampaña Claudia Sheinbaum, pero la nota en los medios, y la tendencia en redes sociales, fue Marcelo Ebrard. ¿Por qué? Porque Ebrard estuvo en el cierre de precampaña.
Que cerraron filas, que la unidad y etc.
En realidad lo que vimos fue cómo se juega el juego político. No moverse para salir en la foto. Pero el hecho de que Ebrard haya sido la noticia, y no Claudia, es bastante significativo.
Quiere decir que Claudia Sheinbaum sigue sin conectar con el público; que el público sigue viendo a Ebrard como mejor opción electoral y que si Claudia gana la presidencia—por AMLO, obviamente—seguirá en riesgo de perder una revocación de mandato.
Es decir, seguimos igual que cuando impusieron a Claudia, sólo que con un poco más de maquillaje.
En lo personal ya llegó el punto en el que me están da do muchísima güeva estas campañas presidenciales. Y sigo en mi postura de escribir en mi boleta de presidente el nombre de MARCELO LUIS EBRARD CASAUBON en la línea de candidato no registrado.
¿Por qué? Porque no he visto cambios significativos en la campaña de Claudia Sheinbaum. Al contrario. He visto que aún más y peores alimañas del PRIAN se suben tanto a Morena como a la campaña de Claudia, y no puedo premiar con mi voto semejante insulto a los votantes que votamos por AMLO en 2018 para sacar a esas sanguijuelas del poder.
Y ya fin. Es mi derecho votar en conciencia contra la derecha, pero también lo es votar en contra del gatopardismo en la izquierda. Como he dicho antes, si permitimos que la izquierda se eche a perder entonces sí será inevitable que regrese la derecha fascista con algún orate estilo Milei.
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