Declaró ayer Claudia Sheinbaum que podría invitar a su campaña a los PRIANistas que se quedaron sin hueso en la Ciudad de México, y mencionó específicamente a Adrián Ruvalcaba, priista y alcalde de Cuajimalpa.
Le preguntaron entonces a Claudia si también invitaría a Sandra Cuevas. Pero en vez de decir que no, que es lo que debió haber dicho, Claudia respondió diciendo “vamos pasó por paso”.
Lo cual es grave si consideramos lo qué pasó también ayer entre Sandra Cuevas y el PRIAN. Ya en pleno despecho porque no le dieron candidatura, Cuevas se puso a balconear al PRIAN, revelando que no la apoyaron para su campaña para alcaldesa de Cuauhtémoc, pero que cuando ganó le pidieron cargos y dinero tanto el PAN como el PRD. Además tachó a Jesús Zambrano, líder del PRD, de ser un borracho.
Pero ahí no quedó la cosa, ya que Zambrano le respondió que ni la conoce. Que Ricardo Monreal se la llevó para que la hiciera candidata para que no ganara Morena en Cuauhtémoc, poniendo en evidencia por enésima vez a Monreal como el traidor y pillo que realmente es.
Pero Claudia Sheinbaum no tiene problema en darle hueso a los del PRIAN de la calaña de Cuevas. Siendo el caso, ¿qué más da quién gane? Porque el lopezobradorismo no ganaría. Ganarían los chapulines del PRIAN.
Por eso mejor voy a escribir el nombre de Marcelo Ebrard en mi boleta de Presidente y otro nombre en la de Jefe de Gobierno. Aún no decido el de quién. Pero ni por Claudia Sheinbaum ni por Clara Brugada pienso votar. No mientras el PRIAN siga incrustado en Morena.
PD: Hay más. Pero lo veremos en la columna de mañana.
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