Por Victor Hernández
Ayer en esta columna comenté sobre el hecho de que si Claudia Sheinbaum es impuesta a la mala en la candidatura de Morena a la presidencia, y gana las elecciones, no tendrá suficiente apoyo popular una vez en el poder porque hay muchos votantes izquierdistas que no están dispuestos a aguantar una imposición ni a regresar a las prácticas marrulleras del PRIAN.
Pero hay otro riesgo que tiene Claudia Sheinbaum si llega al poder con una imposición: Podría ser la primera presidenta en ser removida del cargo por medio de una revocación de mandato.
Mire usted:
La derecha saboteó la consulta revocatoria de mandato de AMLO porque sabían que tenía un amplio respaldo popular y ni de chiste perdería. Pero para 2028, cuando se pueda dar la consulta revocatoria de mandato, la derecha podría no sólo no boicotear, sino promover la revocación del mandato de Claudia Sheinbaum. ¿Por qué? Porque saben que habrá muchos izquierdistas dispuestos a votar para que le revoquen el mandato.
¿Le serviría de algo a la derecha que le revoquen el mandato a Claudia Sheinbaum? Depende. Si para 2027 la derecha logra la mayoría simple en el congreso, o se acerca a la mayoría simple, como ocurrió en la Ciudad de México en 2021, cuando Claudia Sheinbaum era Jefa de Gobierno, entonces la derecha sí podría poner al presidente interino. Y eso sería gravísmo para el país.
Pero al margen de que puedan imponer o no al presidente interino, de revocarle el mandato a Claudia Sheinbaum la derecha podría usar esa revocación como plataforma política para regresar al poder en 2029, que es cuando se tendrían que hacer las elecciones extraordinarias para elegir nuevo presidente.
Si eso ocurre, se van por el caño décadas de lucha por acabar con el PRIAN y tener finalmente un proyecto de izquierda en el poder. Todo por la ambición vulgar por el poder tanto por parte de Claudia Sheinbaum como por parte de los lambiscones, sicofantes y buscahuesos que la apoyan por mero interés.
¿Cuál es la solución para que este escenario no ocurra? Muy sencillo; responder en la consulta de Morena para definir al candidato de la 4T a la presidencia que el candidato debe ser Marcelo Ebrard.
La garantía que tenemos en la izquierda con Marcelo Ebrard es que la derecha no regresará; que se ampliará el proyecto de transformación de AMLO; y que la 4T continuará en la presidencia de 2030 a 2036.
Y si en 2030 Claudia Sheinbaum quiere ser candidata a la presidencia, entonces sí, ya con resultados demostrables como Secretaria de Gobernación, se le apoya.
Porque al final el problema no es Claudia Sheinbaum. El problema es que la engatuzaron para imponerla en el poder y así poder usarla de pelele para intereses personales. Mientras eso sea el caso, la 4T corre el riesgo de que le ocurra lo mismo que le pasó a la Revolución Cubana: irse al carajo por la necedad y ambición de unos cuantos en el poder.
PD: Y lo mismo le pasó a la Revolución Mexicana, y a la Revolución Soviética, etc. Fracasaron por necedad interna de unos cuantos, pero le echaron la culpa a otros.
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