Por Victor Hernández
El claudismo, o sea los sicofantes, buscahuesos y mascotas a sueldo de Claudia Sheinbaum en redes sociales, así como los medios que han recibido millones del gobierno de la Ciudad de México, ya están pidiendo tapona luego de que no aguantaron los revires a la guerra sucia contra otras corcholatas que ellos mismos, los claudiafans, iniciaron.
Prácticamente desde que Marcelo Ebrard anunció que renunciaría a SRE, hace más de una semana, el claudismo se dedicó a denostar a Ebrard con falsedades y guerra sucia propia del mismísimo Felipe Calderón y la Coparmex en 2006. Se siguieron con Yeidckol Polevnsky cuando anunció que buscaría estar en la encuesta de Morena para la candidatura presidencial, en flagrante contradicción a su slogan de "es tiempo de las mujeres".
De ahí chulearon a Noroña cuando hizo un video diciendo que Claudia Sheinbaum no llevó porra al consejo de Morena, pero lo atacaron cuando se demostró que Claudia sí llevaba porra y Noroña anunció que haría una gira por el país.
De ahí se siguieron con Adán López luego de que el ex titular de Segob anunciara que renunciaría a los 5 millones de pesos que le daría Morena para la campaña y que haría una gira con sus propios recursos.
La respuesta de quienes no ven en Claudia Sheinbaum a la mejor opción para la candidatura presidencial--y que son más del 60% de los encuestados--fue no sólo desmentir las falsedades del claudismo (¿guerra sucia del asesor español de Claudia?) sino sacar trapos al sol de los medios y opinólogos que atacaron a las corcholatas y le cantaron loas a Claudia.
Por ejemplo, salieron a relucir pagos millonarios a El Chamuco, La Jornada, El Universal, y otros medios, mientras que también salieron a la luz los sueldazos de más de 95 mil pesos en el gobierno de la Ciudad de México de familiares de troles claudistas en Twitter.
Así que entre Sábado y Domingo pasados, opinólogos "de izquierda" asociados a medios que se sirvieron con la cuchara grande, y que antes no tuvieron empacho en atacar a otras corcholatas o a Yeidckol Polevnsky, salieron con el cuento--palabras más palabras menos--de que "¡Oh no! ¡Nos estamos auto-destruyendo! ¡Lo que no logró Claudio X González lo estamos logrando nosotros!"
Lo cual es francamente cinismo. No fueron las corcholatas las que publicaron cartones, tuits, y mensajes varios lustrándole el calzado a Claudia Sheinbaum y atacando a las demás corcholatas. Fueron los claudistas. ¿Esperaban que no les reviraran? ¿Esperaban que no se desmintieran las falsedades que estuvieron difundiendo?
El error que cometió el claudismo fue suponer que Claudia Sheinbaum es igual de popular que Andrés Manuel López Obrador. No es. Vaya, menos aprobación ciudadana al dejar su cargo de Jefa de Gobierno que Marcelo Ebrard cuando terminó su sexenio. Los claudistas pensaron que la gente cree que claudia = Peje, pero no es así. Menos del 40% de todos los encuestados hasta la fecha sobre a quién prefieren de candidata de Morena han respondido que a Claudia Sheinbaum. Eso quiere decir que si los claudistas le pegan a las otras corcholatas se van a llevar fregadazos en respuesta de más del 60% de la gente.
De ahí que los lustradores de calzado de Claudia se hayan puesto a pedir tapona. Simplemente no tuvieron la pericia política para darse cuenta de lo que iba a pasar si se ponían a aventar caca para arriba. Y ahora quedaron en una posición vulnerable porque los cacasgrandes de la intelectualidá de la "izquierda" quedaron exhibidos como lambiscones a sueldo.
Décadas de denunciar a los intelectuales orgánicos del sistema para quedar exhibidos por haberse convertido en lo mismo. Y no tienen a nadie más que culpar mas a que sí mismos por creerse infalibles y por creer que todo el mundo va a decirles "yes master" cual borreguiza de jilguero del PRI de antaño.
Lo más grave es que literalmente en eso se convirtieron muchos de los que antes eran críticos del sistema; en el tipo de lambiscones del poder que como premio reciben millones de pesos.
Y perdón, pero ese tipo de vicios de la política en México se deben acabar de una vez por todas para que el país de verdad pueda cambiar para bien.
Que no lloren entonces ahora los lambiscones de Claudia Sheinbaum luego de llevarse y no aguantarse. Las balconeadas, y revires que se llevaron, y se siguen llevando, se los ganaron a pulso. Peor aún (para ellos): Dejaron en evidencia la debilidad de Claudia Sheinbaum con miras hacia la encuesta. Porque si Claudia de verdad fuera tan fuerte como alegan, no hubieran tenido necesidad de atacar a las demás corcholatas.
PD: Curiosamente con la única corcholata con la que no se metieron los claudistas fue el abanderado del PVEM, Manuel Velasco. ¿Ya se arreglaron con una corta feria o promesa de hueso?
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