Por Victor Hernández
Ayer un derechango estuvo difundiendo fotografías del acoso que le hizo a José Ramón López Beltrán, hijo mayor de Andrés Manuel López Obrador, mientras comía con su familia en el restaurante El Cardenal, en su sucursal de San Ángel, en la Ciudad de México.
Al parecer el derechango en cuestión está bajo la impresión de que El Cardenal es un restaurante fifí. No lo es. Es un restaurante tradicional realmente sabroso, pero con precios muy razonables. Caros el Quintonil o el Pujol de Polanco. Vaya, un Cheesecake Factory es más caro que El Cardenal y la comida no es tan sabrosa.
Pero para el derechango que fue a acosar a José Ramón y a su familia, el hijo de AMLO no tiene derecho a comer ahí.
¿Por qué? José Ramón no es funcionario público. Trabaja para una empresa privada en Estados Unidos y su esposa es de familia adinerada, también en el sector privado. Y aunque José Ramón fuera funcionario público ¿por qué no tiene derecho a ir a comer ahí?
Yo, que he ido varias veces al Cardenal de la Alameda he visto con mis propios ojos a políticos y funcionarios de diversos partidos políticos sin que nadie se queje. Vi también una vez ahí a Ricardo Alemán, quien de acuerdo con un reporte recibió millones del erario de Edomex. Y no me paré a mentarle la madre aunque ganas no me faltaran.
Eso lo que demuestra realmente es que los derechangos no tienen mundo. Nisiquiera saben lo que es un restaurante caro de verdad. No son fifís, pues. Son clasemedieros aspiracionistas. Creen que porque fueron a El Cardenal ya son alta sociedad. No es así. El Cardenal es un restaurante muy accesible para comensales que no son fifís.
Pero lo más grave de el incidente de acoso al hijo de AMLO y a su familia es que el derechango que le tomó fotos publicó fotos de uno de los hijos pequeños de José Ramón. Publicar imágenes de un menor de edad sin el permiso de los padres es un delito. Y si José Ramón o su esposa interponen denuncia ante la Fiscalía de la Ciudad de México el derechango que tomó las fotos va a estar metido en un problema muy serio. El restaurante tiene video del susodicho. Y si pagó con tarjeta de crédito también tienen su nombre y datos de contacto.
Total que el derechango dijo una sarta de disparates y luego salió con que había dos camionetas con guaruras afuera del restaurante que se le quedaron viendo. Como si esas camionetas fueran de José Ramón y como si los guaruras fueran telépatas o videntes para saber quién fue el mamarracho que estuvo acosando a José Ramón y su familia.
La realidad es que El Cardenal de San Ángel es el único de las tres sucursales que tiene estacionamiento con valet parking. Las otras dos sucursales, por estar en el Centro Histórico, no tienen estacionamiento. El de San Ángel tiene una bahía donde se entregan los vehículos para estacionar. Nadie se puede quedar estacionado en la bahía porque impide el paso. Las camionetas que alega el derechango, por lo tanto, no eran de José Ramón, sino de otros comensales. ¿Cómo va a tener chofer y guaruras José Ramón si nisiquiera vive en México? Es realmente una estupidez lo que relata el derechango acosador.
Lo que tienen en realmente los derechangos contra los hijos de AMLO se llama enfermedad de odio y deberían atenderse. Porque ya de plano los está llevando a cometer delitos.
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