Por Victor Hernández
Hay que decirlo. La nueva secretaria de educación pública, Leticia Ramírez, no es el mejor perfil para la SEP. Es una incondicional de Andrés Manuel López Obrador. Pero en términos de mejorar la calidad de la eduación en México, Ramírez no presenta nada.
Puedo entender por qué AMLO postuló a Ramírez. Porque en cuanto se anunció una nueva titular de la SEP, las sanguijuelas de siempre se relamieron los bigotes para ver si ahora sí sacaban algo que les beneficie ya sea política o económicamente.
Es el caso de Elba Esther Gordillo, quien de acuerdo con El Universal, "dijo que con nuevos liderazgos es necesario que haya nuevos diálogos. Y, de entrada, se manifestó a favor de que se reestablezcan las Escuelas de Tiempo Completo, pues dijo que es necesaria la alimentación de los menores y horarios ampliados en los colegios."
TRADUCCIÓN: "Queremos moche. Hay que dialogarlo con la nueva secretaria de educación pública."
Obviamente AMLO no quiso poner en la SEP a alguien que se deje mangonear por los que quieren moche y que además siga la línea de Palacio Nacional.
Pero ese es precisamente el problema; como la SEP sigue siendo vista como botín político y económico, siempre ponen en el cargo de secretario de educación a alguien a quien, o le van a pagar favores políticos (como Esteban Moctezuma) o a alguien a quien le quieren dar escaparate político (como Delfina Gómez), o alguien que es un incondicional para parar a los que quieren moche (como Leticia Ramírez).
Mientras tanto la calidad educativa en México sigue mal. Tanto en escuelas públicas como en escuelas privadas.
La única manera en la que la SEP deje de ser botín político es con una reforma que mejore la infraestructura de las escuelas públicas y sus planes de estudio sin que pueda meter la mano ningún gandalla. Algo así como una ley anti-moches para la SEP.
El problema con la educación, por cierto, no son los maestros, sino las condiciones en las que ponen a los maestros a dar clases. De eso es de donde se cuelgan los que quieren moches para tratar de lucrar con el erario. Y ahí es donde se les debe frenar.
Lamentablemente este sexenio no se hizo nada para mejorar la calidad de la educación. Se le dió dinero a los padres de familia y se dejó de chantajear a los maestros, pero el plan de estudios no cambió. Sigue siendo igual de deficiente que con el PRIAN. Por lo cual, será hasta el próximo sexenio cuando se pueda hacer una reforma a la SEP.
Que tome nota Marcelo Ebrard porque esa podría ser una buena propuesta de campaña si resulta ser el candidato de Morena a la presidencia; reformar a la SEP para que su infraestructura esté garantizada y para que los planes de estudio de verdad le den a los estudiantes lo que necesitan para aprender de manera eficiente.
¿Que los niños aprenderían mejor si comieran en la escuela? Estoy de acuerdo. Pero si eso se va a hacer deberá ser sin moches. Una reforma a la SEP, por ejemplo, podría poner comedores en las escuelas a cargo de personal de la SEP, sin subcontrataciones. La SEP podría desarrollar una división de comedores y la distribución de insumos podría estar a cargo de la SEDENA.
Si se remueve el incentivo de lucrar con la comida, se acaban los buscamoches y la SEP se puede concentrar en lo que realmente requieren los estudiantes: educación.
De lo contrario vamos a seguir igual, con secretarios de educación que no mejoran la educación en México pero, ¡ah que buenos cuates del presidente son!
Cuando Felipe Calderón puso en la Segob a José Francisco Blake Mora, quien era su cuate de parrandas, la izquierda señaló que no puso a alguien competente, sino a un incondicional. Toño Helguera hizo un cartón en el cual puso el título universitario de Blake Mora por le UABC. Pero no la Universidad Autónoma de Baja California, sino la "Universidad Autónoma de los Buenos Cuates". Esas prácticas deben acabarse en México. Los cargos no pueden ser para los amigos, sino para quien sea más competente. Entiendo que la derecha es rapaz y quiere moche, por lo cual ponen a incondicionales, pero precisamente por eso es que se debe reformar a la SEP para nunca más pueda nadie medrar con la educación.
Porque, la verdad, se ve muy mal que AMLO ponga a incondicionales en cargos vitales para el país en vez de poner a alguien competente. Y peor se vio que usara la SEP como pago político con Moctezuma y como escaparate político con Delfina Gómez.
Eso debe cambiar. Ni moches ni botín político. Con la educación no se puede estar jugando.
Esperemos que con Marcelo Ebrard cambien las cosas.
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