Por Victor Hernández
Luego de que se pusieron a aplaudir que Estados Unidos demandara a México por darle preferencia a CFE y a Pemex en el sector energético, la derecha pretende justificar el hecho de que son unos traidores a la patria con una nueva hipocresía que se les cayó luego luego.
La nueva hipocresía de la derecha para justificar que se pusieron del lado de intereses extranjeros es alegar que "ezdeke México tiene que cumplir con su palabra que firmó en el T-MEC".
Pero eso es una hipocresía porque el primero en romper su palabra con el tratado de libre comercio fue Estados Unidos.
Así es. Fue Donald Trump hace apenas 4 años quien rompió la palabra de Estados Unidos con el TLC y, por sus calzones y de manera unilateral, exigió que se firmara un nuevo TLC--ahora llamado T-MEC--rompiendo la palabra empeñada por EU en los 90s.
La derecha en México, por cierto, se quejó del nuevo T-MEC y no se cansaron de atacar a AMLO por haberlo firmado. Pero ahora resulta que la misma derecha que no estuvo de acuerdo con el T-MEC ¡pide que México lo respete!
El T-MEC, por cierto, incluye un artículo que le reconoce a México la propiedad sobre los hidrocarburos. Así que si México le quiere dar prioridad a Pemex, el propio T-MEC lo avala.
"¡Nosierto! ¡Ezdeke los espertos dicen que México le tiene que dar el mismo acceso a Estados Unidos y Canadá para hacer comercio!" dicen los derechangos. Pero eso contradice el artículo que reconoce la propiedad de México sobre sus energéticos, por lo cual no puede aplicar como lo pretende aplicar la derecha.
Así que, como dije al principio, la nueva hipocresía de la derecha para justificar que son unos traidores a la patria también se les cayó.
Y por cierto; si Estados Unidos le pone aranceles a México por hacer berrinche por el T-MEC el afectado será Estados Unidos, ya que los aranceles los pagan los consumidores de Estados Unidos. Eso fue exactamente lo que pasó cuando Trump le puso aranceles a productos hechos en China. Se dispararon los precios en Estados Unidos, con lo cual la pandemia, y la inflación que le siguió, fue peor de lo que pudo haber sido.
Considerando que los aranceles se aplicarían para mediados de 2023, y considerando que para ese entonces ya estaría Estados Unidos en plena campaña presidencial, dudo que Biden y los Demócratas quieran arriesgarse a subir aún más los precios.
Por lo cual, francamente, México no tiene de qué preocuparse. Que se preocupen las empresas de Estados Unidos a las que van a poner contra la pared con precios más altos.
Y claro, que se preocupen los traidores a la patria de la derecha porque una vez más no van a lograr nada descarrilar al gobierno de AMLO.
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