Por Victor Hernández
La derecha está ardida de la cola porque el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que de la austeridad republicana su gobierno pasará a la "pobreza franciscana". El Reforma, por ejemplo, salió con que no es verdad porque se va a gastar más en las obras de este sexenio, como el Tren Maya, Dos Bocas y AIFA.
Lo que no dice el Reforma es que la "pobreza franciscana" a lo que se refiere no es al gasto de infraestructura, que es necesario para el crecimiento del país, sino a la operación y gasto de los FUNCIONARIOS de gobierno.
Sí. Con todo y el hecho de que les recortaron los sueldos a la mitad este sexenio, los altos funcionarios del gobierno federal ganan muy buenos salarios. Por lo tanto, les pueden recortar viáticos, viajes inútiles y otros lujos. Que se los paguen ellos con sus sueldos altos en todo caso.
Esto está muy bien. Pero para que realmente AMLO pueda hablar de pobreza franciscana también se la tiene que aplicar al gasto en publicidad oficial. Es decir, al chayote a los medios.
Mientras el gobierno siga gastando miles de millones de pesos en chayote NO se podrá hablar de pobreza franciscana. El chayo no produce nada, no beneficia a la mayoría de la gente, y sólo engorda los bolsillos de los dueños de los medios.
¿Qué caso tiene que AMLO se queje en la mañanaera de que Peña Nieto le concesionó a un dueño de medios una pista del aeropuerto de Texcoco si él mismo le sigue dando chayote a esos mismos medios?
Así que si bien es correcta la decisión de reducir aún más el gasto en lujos para la alta burocracia, mientras se mantiene el gasto en obras y programas sociales que sí ayudan a la economía, eso de la pobreza franciscana será una hipocresía mientras se siga hinchando de dinero a los medios.
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