El premio TAZA ARDILLA de esta semana es para la derecha por el berrinchazo que hicieron por la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
La codiciada presea, en bonito cobre ansina como el que enseñan, se la ganaron pulso de la siguiente manera:
Todo el día les duró ayer el berrinche a los derechangos por la inauguración del AIFA. Y mientras más chillaban, mujían, pujaban, ladraban y pataleaban, peor quedaban y más nos reíamos de ellos.
Primero que porque se adjudicaron muchos contratos de manera directa. Pues sí. Para eso se le asignó a la obra al ejército y para eso se le dio carácter de seguridad nacional; para que se pudiera construir rápido, en tiempo y forma y con el presupuesto que se estableció desde el principio. De lo contrario hubiera sido un elefante blanco con sobreprecio, como la Suavicrema y la barda de Felipe Calderón o como el tren de Querétaro que tuvo que cancelera Enrique Peña Nieto cuando lo cacharon dando el contrato a cambio de la Casa Blanca.
Luego que porque se perdió un lambiscón que no encontraba el aeropuerto y le tomó 3 horas llegar. ¡Juar! Le dieron mal las direcciones para que NO llegara. Como si no los tuviera hasta la madre con su lustrado de calzado.
Luego que porque había un local en el AIFE de nombre "Urbanus" donde vendían bebidas embotelladas, botanas y hasta papel de baño. ¿Está prohibido o cómo?
Y donde de plano enseñaron el cobre durísimo los derechangos, mostrando todo su racismo y clasismo además, fue cuando salió un video de una señora que entró al AIFA con su canasta de tlayudas (unas tostadas de frijol, nopal y queso muy populares en le centro del país, para los que nos leen en provincia) y se pudo a venderlas a los pasajeros, quienes gustosos las compraron y hasta hicieron filas. Y es que no había locales del McDonald's ni de otras trasnacionales, ni del Wings, ni de otras cadenas de restaurantes, con menús de engorda.
Aquí cabe señalar que los comentarios ardidos de la derecha de plano fueron patéticos. Para ellos el problema fue que una señora se ganara la vida de manera honrada simplemente por no ser whitexican ni ser una trasnacional. Pero lo que quedó más claro aún fue que a los pasajeros que hicieron fila para comprar sus tlayudas les valieron madre sus cometarios racistas y clasistas. Ellos se comieron sus tlayudas y punto. Ahora ojalá le den un local a la señora para que venda sus tlayudas todos los días y les de más ardor a los derechangos.
Total que hasta el momento en la derecha siguen chille y chille, mame y mame, y arde y arde. Por lo cual, considero que haremos bien en seguir disfrutando del ardor de los derechangos un poco más, ya que así como se pusieron ayer se van a volver a poner cuando se inaugure el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas. Y hay que que prepararnos para más solaz y esparcimiento con sus pataletas.
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