Ayer en la conferencia mañanera Andrés Manuel López Obrador mostró una imagen con faltas de ortografía en la cual se alega que Carlos Loret de Mola gana más de 35 millones de pesos al año, de los cuales 11 son de Televisa.
Esto podría ser visto como una manera de desenmascarar la hipocresía de los que se quejan de que un hijo de AMLO rente una casa de clase media en Estados Unidos, pero hay un problema: AMLO dijo además que iba a pedir al INAI que el SAT certificara los datos que estaba presentando en la mañanera. Es decir, difundió datos sin tener certeza de que fueran ciertos o no. Dicho de otro modo, hizo lo mismo que hizo Claudio X González, Loret y Carmen Aristegui con los golpeteos de los chocolates Rosío y de la casa de Houston.
Lo cual es un grave error, ya que le quita autoridad moral a AMLO para criticar a los medios cuando él incurre en la misma falta: Acusar sin rigor informativo.
(Y de pilón valiéndole madre que la imagen diga "residente" en vez de "presidente" y "Washinton" en vez de "Washigton". ¿Qué es eso?)
Pero bueno; vamos a dar por válido que varios en los medios ganan millones mientras que los reporteros, que son los que de verdad hacen el trabajo periodístico, ganan muy poco. Vamos a dar por buenos también, para propósito de argumentación, que los números que presentó AMLO en la mañanera de los ingresos de Loret son buenos.
Bueno, entonces si lo que presentó AMLO es cierto, ¿qué espera para suspender todos los contratos de publicidad oficial de todos los medios?
¿O de dónde cree que Televisa y Radiópolis le pagan a Loret? Pues de los miles de millones de pesos de publicidad oficial que el gobierno federal sigue despilfarrando. Y claro, también de gobiernos locales, incluyendo a gobiernos de Morena.
Pero no. AMLO no va a hacer eso porque entonces tendría que cortarle el chayo al periódico de su comadre Carmen Lira, La Jornada, y a otros medios afines a la 4T.
La realidad es que mientras exista dinero público alimentando a golpeadores y a aduladores, no podrá haber una prensa libre en México.
Cortar el chayote es muy sencillo. Simplemente AMLO le instruye a los legisladores de Morena que eliminen del presupuesto para 2023 todo el dinero para publicidad oficial para MEDIOS en todas las dependencias de gobierno. Y que además modifiquen la ley para ampliar los tiempos oficiales gratuitos en radio y televisión abierta. Lo demás se puede difundir con publicidad en redes sociales. Ah, porque hay un detalle; Las redes sociales NO son medios. Los blogs, canales de Youtube y cuentas de Facebook sí son medios, pero las plataformas en sí no lo son.
Vamos a ver entonces qué hacen los medios sin chayote. Berrinche, desde luego. Pero se les responde muy sencillo; usando el dinero que se usaba para chayo para programas sociales para la clase media. Por ejemplo, fortaleciendo al INSABI para cualquier persona sin seguro social pueda tener atención médica gratuita. Nadamás con eso el berrinche de los medios quedaría neutralizado.
¿Que se jodería La Jornada y en una de esas hasta tendría que desaparecer? Pues sí. Qué pena. Así son las cosas cuando no se hace periodismo y, en vez de eso, se hace propaganda.
Pero si ese el precio a pagar por cambiar de raíz a una de las estructuras que le permitía al poder joder a los mexicanos (o sea la prensa comercial y chayotera), vale la pena.
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