Por Víctor Hernández
Lo siguiente tiene mucho que ver con fake news en México, pero aguanten la introducción aunque esté larga para que entiendan por qué.
Se hizo una controversia en Estados Unidos porque el canta-autor Neil Young quitó su música de Spotify, la plataforma de streaming de música y audio. Young quitó su música en protesta contra Spotify por el hecho de que Spotify es la plataforma en la que se difunde el podcast de Joe Rogan, un fulano que es muy popular por sus posturas conspiracionistas, y que además es antivacunas.
A Young no le gustó que Spotify permitiera que Rogan difunda falsedades contra las vacunas. De ahí el por qué de su protesta.
Acto seguido el precio de las acciones de Spotify se desplomó, por lo cual, el mismo día, Spotify anunció que pondría advertencias en el podcast de Joe Rogan sobre sus fake news contra las vacunas.
Cuando le preguntaron sobre esta controversia a Jon Stewart en su podcast en iTunes, su respuesta fue mucho más al punto. Dijo que preocupan más los algoritmos que las fake news.
“Me preocupan más los algoritmos de desinformación que quienes proveen desinformación. La desinformación siempre estará ahí. Pero los algoritmos hacen que la gente se vaya más y más por el agujero del conejo. El chingado algoritmo es el amplificador y el catalizador del extremismo”, dijo Stewart al respecto.
A lo que se refiere Stewart es al hecho de que Facebook, Twitter y otras plataformas de redes sociales están diseñadas, por medio de algoritmos, para darle a sus usuarios el contenido que las redes sociales saben que les generarán más dopamina y, por ende, los mantendrá de adictos al uso de redes sociales.
Y en efecto, las fake news son una manera fácil de hacer que la gente se haga adicta a redes sociales. No porque confirman prejuicios que ya tenían los consumidores de internet. Eso ya existía en los medios. Los hacen adictos debido a que generan shock y enojo, lo cual genera dopamina, que a su vez genera adicción.
El contenido que más van a mostrarle a sus usuarios plataformas como Facebook y Twitter es el que más los va a llevar a reaccionar de manera tempestiva, ya sea con un comentario, con un like, o con un retuit. De hecho, los contenidos que generan comentarios y sobresalto son los que más muestran los algoritmos porque aseguran que el usuario se mantenga más tiempo en la plataforma.
De qué se traten las fake news que difunden los algoritmos es lo de menos. Da igual si son de izquierda o de derecha. Vaya, las fake news de conspiranoia del llamado “Q-Anon” son consumidas tanto por seguidores de Bernie Sanders como por seguidores de Donald Trump.
Esto lo que quiere decir es que mientras la izquierda crea que el problema de las fake news es de ideología, de confirmación de prejuicios , o de bots, nunca van a poder enfrentar al problema de verdad.
Y digo esto porque no falta el que se cree experto en fake news que trata de convencer al público de que sabe mucho de lo que no sabe ni madre, y que busca además tratar de defender a AMLO sin saber de qué chingados está hablando.
La realidad es que las fake news no funcionan. Tan no funcionan que no han podido bajar la popularidad de AMLO. No porque no lo hayan intentado en la derecha, sino porque los propios algoritmos que difunden fake news sólo funcionan en los que buscan ese tipo de desinformación. Pero en México eso sólo ocurre en la derecha. Le das fake news a los que apoyan a AMLO y no se las creen.
El detalle es este; las fake news son fáciles de desmentir. Y una vez que se tiran ya no funcionan.
No lo digo yo. Lo dijo el experto en guerra sucia JJ Rendón. Él admitió que parte de sus métodos de guerra sucia es “usar el rumor”, que quiere decir usar fake news para tratar de confundir a la opinión pública. Pero también dijo que “en general la verdad mata al rumor”.
Eso quiere decir dos cosas:
1. Que una respuesta visceral, pero sin sustancia, contra una fake news no sirve. Si la respuesta es sólo una mentada de madre o un ataque a la persona, el público lo ve como una confirmación de la fake news al usar el insulso y el ataque en vez de usar argumentos,
2. Que responder a una fake news con datos duros es la mejor manera de desactivar las fake news, ya que el público no es tarado. Y si le dan datos duros no le hace caso a las fake news por más que se esfuerce el algoritmo en mostrarle fake news.
Lamentablemente en la izquierda no saben ni madre sobre cómo lidiar con fake news. Peor aún; cuando la 4T sí se equivoca tachan a las críticas de fake news. Pero descalificar a una crítica válida lo que genera es desconfianza del público en los defensores de la 4T.
Lo mismo va para los medios. Si un medio la caga, y en vez de admitir que la cagó pretende alegar que no lo cagó sólo por ego, el público pierde confianza en el medio. Eso es precisamente lo que le está pasando ahora a Carmen Aristegui y Proceso. Y del lado de la izquierda le pasa lo mismo a La Jornada, qué pasó de hacer periodismo a ser el Granma de la 4T.
¿A qué viene todo esto? A que sí creen que cazar bots es la mejor manera de defender a la izquierda están equivocados. Da igual si hay bots o no. Da igual quién inicia o quién recibe fake news. Al final el que determina qué información consume la gente en redes sociales es el algoritmo.
¿Quieren joder al algoritmo? Es muy sencillo; respondan a las fake news con datos duros. Si su respuesta recibe comentarios de los que consumen fake news, el algoritmo les dará más respuestas con datos duros. Y quienes consumen datos, en vez de mentadas o editoriales, quedan vacunados contra las fake news.
¿Dónde conseguir datos duros? En blohdeizquierda.com, por ejemplo.
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