Por Victor Hernández
Como a Peniley Ramírez se le cayeron sus fake news sobre Baker Hughes de hace una semana, en vez de admitir que publicó mentiras intentó justificarse... publicando más mentiras.
Esta vez publicó tres mentiras que literalmente se le cayeron en 10 minutos. Mire usted:
Primero salió con que sí hubo una ampliación de los contratos de Baker Hughes en Pemex en base al sitio de internet que el directo de Pemex, Octavio Romero, pidió al público que revisara. Pero resultó que no hay tal ampliación, sino adiciones a los contratos. Como no había evidencia, entonces Peniley Ramírez pretendió justificarse con semántica, alegando que adiciones son extensiones.
Es decir, no demostró nada.
Pero lo que siguió en su columna en Reforma fue una total falta de rigor periodístico que claramente tenía la intención de confundir al público. Y es que Ramírez publicó dos datos fuera de contexto para sugerir que Baker Hughes tenía sanciones por sobornos y una investigación abierta en la Comisión de Seguridades e Intercambio de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés, órgano regulador de empresas que cotizan en la bolsa de valores).
Literalmente me tomó menos de un minuto encontrar los datos y documentos a los que hace alusión Ramírez y otros 9 leerlos. Al término de esos 10 minutos me quedó clarísimo que Ramírez estaba sacando de contexto esa información y que nisiquiera se tomó la molestia de leer los datos y los documentos. O bien, que sí lo hizo pero ocultó los datos porque de otro modo no tenía columna.
El primer documento que encontré es un comunicado en el sitio de la SEC que data de 2007 en el cual anuncian las sanciones que impusieron a Baker Hughes por haber pagado los sobornos que le exigieron los gobiernos de varios países para poder obtener contratos de explotación de hidrocarburos. Esto se puede determinar tras leer el documento de la demanda de la SEC ante una corte federal. El documento está en este enlace y toma 9 minuntos leerse o menos.
Pero el detalle es que los actos por los cuales la SEC sancionó a Baker Hughes ocurrieron entre 1998 y 2000. Es decir, entre 22 y 24 años antes de que Baker Hughes tuviera adiciones a sus contratos con Pemex durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.
O dicho de otro modo, Peniley Ramírez pretendió insinuar que Baker Hughes tenía sanciones por sobornos como si se tratara de algo reciente, cuando fue por hechos ocurridos hace casi un cuarto de siglo.
¿Cómo sabemos que Baker Hughes no tiene ninguna otra sanción por sobornos? Porque existe un sitio de internet que lista todas las sanciones a empresas por diferentes delitos. En el caso de Baker Hughes tiene varias sanciones por violar leyes laborales y ambientales, pero por violar leyes relacionadas a sobornos sólo tiene dos sanciones relacionadas a la misma demanda por sobornos que inició en 2000 y finalizó con las sanciones para Baker Hughes en 2007. Las sanciones fueron una multa de 33 millones de dólares y otra de 11 millones. Las dos por la misma demanda.
O dicho de otro modo, no hay evidencia en ninguna corte de Estados Unidos de que Baker Hughes haya incurrido en sobornos después del año 2000. El dato es crucial, pero Peniley Ramírez lo omitió ya sea por incompetencia o porque sabía que con ese dato se caía hasta el título de su columna "las alertas sobre Baker Hughes".
"¡Nosierto! ¡La columna de Peniley dice que Baker Hughes está siendo investigada por la SEC en este momento!" dirán los derechangos y despistados que no se toman la molestia de investigar. Pero eso también está fuera de contexto.
Porque resulta que sí, en efecto la SEC está investigando a Baker Hughes desde 2019, pero no por sobornos, sino por haber participado en un proyecto de un gasoducto en Rusia que tenía sanciones del gobierno de Estados Unidos.
Vamos, una simple búsqueda en Google hubiera arrojado varias notas, como esta de Reuters, sobre la investigación y el por qué de la investigación. Claramente lo dice Reuters:
El proveedor de servicios de campos petroleros Baker Hughes dijo que la Securities and Exchange Comission está conduciendo una investigación sobre la venta de productos de la compañía en proyectos que fueron impactados por sanciones de Estados Unidos.
Baker fue notificada en diciembre (de 2019) de la investigación formal de la SEC sobre sus registros y control interno relacionados con las ventas en los proyectos impactados, dijo la empresa en su documentación regulatoria anual este jueves.
La empresa basada en Houston, Texas, añadió que está dando a la SEC la información solicitada.
Baker Hughes no especificó los detalles exactos de la investigación o en cuáles proyectos se está enfocando. Reuters reportó el jueves que Baker Hughes y otras 17 firmas recientemente dejaron de trabajar en el gasoducto Nord Stream 2 de Rusia y evitaron ser sancionadas al respecto.
Es decir, la investigación de la SEC no tiene nada que ver con sobornos ni con corrupción, sino con la posibilidad de que Baker Hughes y otras empresas hayan participado en un proyecto de un gasoducto ruso que el gobierno de Estados Unidos puso en su lista de sanciones. ¿Cuál fue su participación? Venderles productos.
Y por cierto: Cuando la SEC realiza una investigación nisiquiera se enteran los medios. Es rápido y toma por sorpresa a la empresa investigada. Los medios se enteran hasta que la empresa da a conocer la investigación en sus reportes anuales.
Esto quiere decir que si de verdad hubiera un soborno o tráfico de influencias en el caso de la casa que rentó el hijo de AMLO en Houston, la SEC ya hubiera notificado a Baker Hughes desde 2020 o 2021 y Baker Hughes hubiera estado obligada a revelar la investigación desde el año pasado. Pero no hay tal. La SEC no investiga a Baker Hughes por el tema de la renta de una casa porque simplemente no hay delito que perseguir. Si lo hubiera, ya se hubiera sabido desde hace por lo menos un año.
Obviamente si Peniley Ramírez hubiera dicho eso, y le hubiera dado contexto con el debido rigor periodístico, nisiquiera hubiera aparecido en su columna, ya que no tenía nada que ver con lo que su columna insinúa; la posibilidad de actos de corrupción de Baker Hughes cuando José Ramón López Beltrán rentó una casa a precio de mercado.
Lo cual nos lleva a la cereza del pastel: Si José Ramón López Beltrán rentó una casa a precio de mercado, entonces ¿dónde estuvo la corrupción? Si pagó renta, ¿por qué se asume que hay un delito? Pues por joder a AMLO, no porque de verdad hubiera un delito o un conflicto de intereses. Equivaldría a decir que hay un conflicto de intereses entre el gobierno de AMLO y Carlos Slim porque alguno de sus hijos tiene una cuenta de internet de Telmex.
Lo que todo esto me lleva a concluir es que Peniley Ramírez se prestó al juego de la desinformación con tal de no admitir que se equivocó y que no aplicó rigor periodístico a sus columnas. Total, eso es por lo que paga Reforma. No por informar, sino por hacer golpeteo.
PD: Nadamás por no dejar voy a agregar algo sobre Baker Hughes que tampoco dice nadie. Desde 2020 Baker Hughes sólo ha tenido dos problemas legales. El primero fue por la investigación del gasoducto ruso. El segundo fue porque una empresa demandó a Baker Hughes porque el nuevo logo de Baker Hughes se parece a su logo. Esto se dio a conocer en el sitio de Andrew Jowett. Mismo que la prensa hubiera encontrado si se tomaran la molestia de hacer periodismo en vez de golpeteo. Pero como no hacen periodismo, entonces es este furris blog el que tiene que hacer la chamba por la cual a algunos en los medios les pagan millones, pero que no hacen.
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