Por Victor Hernández
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que en octubre se empezará a vacunar a la población de 3 a 18 años para que puedan iniciar nuevamente las clases presenciales.
Es decir, no habrá clases presenciales en Venezuela hasta que haya anticuerpos.
En eso sí debería parecerse a Nicolás Maduro el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador; En no tener clases presenciales hasta que la población tenga anticuerpos.
Tal vez lo único criticable de la declaración de Maduro es el hecho de que hasta el momento ninguna farmacéutica ha dado a conocer resultados de estudios de aplicación de vacunas en personas menores de 12 años. Pfizer dará a conocer los resultados de sus estudios en las próximas semanas, pero no se sabe aún si se usará la misma vacuna que se usa en personas de 12 años o más, o si se usará una vacuna modificada.
Adicionalmente, los resultados de los estudios de Pfizer no quieren decir autorización inmediata por las autoridades de salud de Estados Unidos. Por lo cual, si Maduro cree que porque Pfizer dice que es seguro se puede aplicar la vacuna inmediatamente, entonces realmente se está adelantando a los hechos.
Para que una vacuna sea segura, el primer paso es la presentación de los datos de su uso por la farmacéutica en estudios clínicos. El segundo paso es un estudio más grande por las autoridades de salud. Si todo sale bien con ambos estudios, entonces sí se autoriza la vacuna. Así es como se han aplicado las autorizaciones para vacunas en México y en Estados Unidos.
Lo cual quiere decir que si bien AMLO debe seguir el ejemplo de Nicolás Maduro, y regresar a clases presenciales hasta que esté vacunada toda la población, también es verdad que se debe esperar a los estudios de COFEPRIS para autorizar las vacunas.
Eso tomará meses. Pero aquí lo que está en juego es la salud de los menores en México. Y la salud de los hijos sí amerita la espera.
Es lamentable que AMLO aún no lo quiera entender.
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