Por Victor Hernández
Luego de que Andrés Manuel López Obrador dijera que le pediría a Joe Biden que Estados Unidos comparta sus vacunas con México, la vocera de Biden, Jen Psaki, dijo que EU no compartirá sus vacunas con México. Que primer se va a cumplir el plan de vacunación de Biden y luego se decidirá que hacer.
La respuesta de Washington era predecible. No por ser ojetes o por racismo o por falta de respeto a México. No quieren compartir sus vacunas porque Estados Unidos no tiene suficientes vacunas ni para su propia población.
Esto ya lo dimos a conocer con lujo de detalle en otra columna. No hay suficientes vacunas en el mundo para toda la población del planeta. Estados Unidos tiene apartada una buena cantidad de vacunas, pero no tiene ni por asomo suficientes vacunas para toda su población.
Por consiguiente, no va a compartir sus vacunas. Menos cuando es el país con más casos de covid en el mundo.
Por lo cual, insisto, no es una cuestión de falta de respeto a México, sino de necesidad. Si no tienen suficientes vacunas para ellos, no van a compartirlas con otros países.
Porque entonces se generaría un problema: Si le comparten a México, ¿por qué no a otros países?
¿Qué puede hacer México al respecto? Comprarle vacunas a Johnson & Johnson, que acaba de recibir la aprobación de Estados Unidos para usar su vacuna contra el Covid y debe de estar desesperado por ventas luego de que Pfizer y otras farmacéuticas ya le comieron buena parte de las ventas.
O bien, le pueden apostar a la vacuna Cansino, de China, que todo el mundo hace menos pero que funciona perfectamente para lo que debe funcionar: evitar que alguien que se contagia de covid se muera.
Porque así como van las cosas, va tardar un buen tiempo para que las farmacéuticas tengan suficientes vacunas para todo el mundo. Y andarle pidiendo vacunas al vecino, la verdad, no funciona. No porque el vecino no quiera, sino porque no tiene vacunas para compartir.
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