Por Victor Hernández
Lo que voy a contar a continuación va a encabronar a mucha gente, tanto influencers, tuit-stars y youtubers, y la gente que les hace caso. Particularmente en la izquierda. Lo cuento porque es importante que la izquierda sepa esto HOY y no lo pierda de vista, ya que podría ser la diferencia entre cambiar las cosas para bien o provocar que la derecha regrese al poder.
En 2020 George Floyd fue asesinado en Minneapolis, Minnesota, por la policía local. El responsable de sofocar a Foyd fue un policía de nombre Derek Chauvin, quien le puso la rodilla en el cuello, impidiéndole poder respirar.
Como resultado del asesinato de Floyd ocurrieron protestas contra el racismo por todo Estados Unidos. Algunos de los organizadores de las protestas en Minneapolis lanzaron candidaturas para el cabildo local y ganaron.
También como resultado de las protestas fue arrestado Derek Chauvin, quien será juzgado por el asesinato de George Floyd este año.
Pues bien, a uno de los líderes manifestantes que hoy es parte del cabildo de Minneapolis se le ocurrió que se usara dinero público para pagarle a "influencers" para que difundieran mensajes del gobierno sobre el juicio a Derek Chauvin. Según él, porque eso permitiría mantener la paz para informar a la gente de Minneapolis sobre el juicio.
En otras palabras, la brillante idea de este ex manifestante y hoy miembro del cabildo (algo así como un diputado local pero a nivel municipal) era darle chayote a influencers para que repitieran como pericos lo que dice el gobierno.
A cada influencer, la ciudad de Minneapolis le iba a dar un contrato por 2 mil dólares. Sólo por repetir lo que dijera el gobierno.
Cuando la gente de Minneapolis se enteró de esto, el cabildo tuvo que echarse para atrás y suspender los contratos de chayote para los influencers.
Era obvio. ¿Cómo se le ocurre a la ciudad darle chayote con dinero público a una bola de merolicos sin mayor calificación que tener muchos seguidores en redes sociales para repetir mensajes aprobados por el gobierno?
No es sarcasmo. Si algo ha quedado demostradísimo en internet es que los llamados "influencers" tienen en realidad CERO influencia en los resultados de la vida política de un país. Sus seguidores muchas veces o no existen o sólo los siguen para ver si así otros los siguen a ellos, no porque realmente les interese lo que tienen que decir.
PERO... como en redes sociales el que 100 changos te miente la madre da la APARIENCIA de gran poder, pues mucha gente se asusta porque 100 changos seguidores de algún influencer lo haga y por eso creen que el influencer tiene mucho poder.
La realidad es que los influencers no tienen NI MADRE de poder.
Y lo hemos visto en México: Idiotas que se dicen influencers no cambian resultados electorales, ni afectan las encuestas, ni tienen poder alguno más allá de algunos berrinches en los que 200 o 300 güeyes les hacen coro. Pero 300 güeyes ni a mitin llega.
En Minneapolis, además, la gente consideró que un influencer no es una fuente válida de información. Por eso fue que vieron a la idea de darle chayote a los influencers como algo negativo. No sólo vieron a la idea como una enorme estupidez, sino como algo completamente negativo.
Uno de los que se le ocurrieron la estupidez de los influencers de plano se tuvo que disculpar. Dijo:
"Si bien creo en y apoyo la intención de esta recomendación (pagarle chayo a influencers), hemos visto que el impacto ha causado daño en nuestras comunidades y por eso me disculpo. En este punto no llevaremos a cabo esta estrategia."
Es decir, una especie de "me la metieron, pero se las cagué". En vez de admitir que cometió una pendejada, mejor dice que suspenden la estrategia porque "causó daño." ¿Entonces para qué apoya y cree en la idea?
Dirán ustdes: "¿Y eso qué tiene que ver con la izquierda en México?" Pues mucho. Primero porque en los medios les da por contratar a cualquier pendejo que le lame las bolas a la 4T sólo por ser "influencer", a pesar de que no tiene impacto y, valga la redundancia, sólo dice pendejadas.
Y segundo, porque la 4T ya cometió este error. Una de las primeras burradas que hizo Miguel Torruco cuando empezó como secretario de turismo de Andrés Manuel López Obrador fue llevarse de paseo a un hotel con gastos pagados a youtubers "de izquierda." El enojo de la gente no se hizo esperar. ¿Cómo chingados se le ocurre hacer eso? Para empezar, nisiquiera era verificable el público de los chayotubers. Segundo, era mantener asuntos de interés nacional en una burbuja de unos cuantos fanáticos de la 4T. Las acciones de gobierno son para TODO el país, no para unos cuantos borregos.
Pero ni la izquierda ni los medios han entendido esto. Siguen creyendo en espejitos, cuentas de vidrio y bolas de humo en redes sociales porque no entienden cómo funcionan las redes sociales ni cómo es la cultura de internet. Lo único que les interesa, en el mejor de los casos, es tener muchos clicks, sin darse cuenta de que los clicks al final son irrelevantes. Internet no es como la cultura del marketing y el rating en los 80s. Simple y sencillamente no funciona así.
Y claro: la gente que ya está curtida en internet sí se da cuenta cuando la tratan de manipular con "influencers" y termina rechazando los esfuerzos de manipulación sin mayor discusión.
Eso fue lo que pasó en Minneapolis.
Sea entonces el caso de Minneapolis una advertencia para la izquierda y para los medios en general. Los influencers NO FUNCIONAN. Pero en la izquierda y en los medios se dejan engatuzar y se van por lo fácil. El resultado, lamentablemente, siempre es un desastre
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