Por Victor Hernández
Primer acto: La Auditoría Superior de la Federación dice que costó el triple cancelar el aeropuerto de Texcoco y Andrés Manuel López Obrador dice que hicieron mal el cálculo porque él tiene otros datos.
Segundo acto: La ASF revisa los números y se da cuenta de que, en efecto, metieron números que no tenían nada que ver con la cancelación del aeropuerto, por lo cual su cláculo en efecto estuvo mal y no hubo sobrecosto. Además, Grupo Aeropuertario señala que ellos también tienen datos que muestran que la ASF hizo mal los cálculos, incluyendo el uso de montos de dinero que no se usó para el pago, entre otros.
Tercer acto: Se enojan en la derecha y descalifican al titular de la ASF, David Colmenares. No porque hiciera mal las cuentas, sino por no insistir en la mentira de que hubo sobrecosto en la cancelación del aeropuerto.
Llegaron las descalificaciones de la derecha contra Colmenares al punto en el que el monero de la derecha lo dibujó en una esquina como si fuera prostituta. Y lo puso junto al titular del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación también taloneando.
O sea que para la derecha es de putas decir la verdad y admitir que dijeron mentiras.
Para la derecha es de putas no hacer guerra sucia.
Es de putas, para la derecha, no mentir y no engañar a la opinión pública.
No sólo eso; para la derecha es de putas echarse para atrás de las mentiras que difunden para hacer guerra sucia.
O sea que para la derecha lo correcto, casto y honorable es mentir, engañar, y hacer guerra sucia.
En ese caso, no les voy a llamar "putas" a los derechangos porque sería un insulto a las putas. No son putas. Son hijos de la chingada.
PD: ¿Y David Colmenares? No es puta. Es un pendejo. Por las estupidez que hizo con lo del aeropuerto ahora quedó en entredicho algo muy grave: el señalamiento de la ASF de que la Secretaría de la Función Pública no quiso ni dejar pasar a los auditores para que revisaran los manejos de Irma Sandoval.
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