Por Victor Hernández
Los constantes llamados de Ricardo Salinas Pliego y TV Azteca a que la gente no usara crubrebocas y guardara sana distancia, que incluyeron difundir imágenes de empleados de TV Azteca sin cubrebocas ni sana distancia, rayaron en lo ilegal.
El Código Penal Federal dice en su artículo 131:
Artículo 131
Se aplicará la pena de seis meses a siete años de prisión y multa hasta de cinco mil pesos, a quienes para hacer uso de un derecho o pretextando su ejercicio o para evitar el cumplimiento de una ley, se reúnan tumultuariamente y perturben el orden público con empleo de violencia en las personas o sobre las cosas, o amenacen a la autoridad para intimidarla u obligarla a tomar alguna determinación.
A quienes dirijan, organicen, inciten, compelan o patrocinen económicamente a otros para cometer el delito de motín, se les aplicará la pena de dos a diez años de prisión y multa hasta de quince mil pesos.
¿Se reunió tumultuariamente Salinas Pliego con sus minions de TV Azteca? Sí.
¿Perturbaron el orden público? Lo intentaron, al sugerirle a la gente que no use cubrebocas ni tenga sana distancia.
¿Lo hicieron con violencia? No.
¿Amenazaron a la autoridad para intimidarla u obligarla a tomar alguna decisión? No, pero claramente lo que buscaban era minar la autoridad del Estado con respecto a las medidas de salud por el Covid.
Pero Andrés Manuel López Obrador ha sido tolerante con Salinas Pliego. Yo diría demasiado tolerante. Una cosa es que alguien quiera criticar a un gobierno, haga protestas, plantones, etc. Pero otra cosa es incitar a la gente a que se exponga a un virus que podría costarles la vida.
Si Salinas Pliego le mentara la madre a AMLO, hiciera marchas y plantones, no habría problema. Eso es ejercer el derecho a la libre manifestación de ideas. Pero incitar a la población a que se exponga a una enfermedad que le puede costar la vida ya no es libre manifestación de ideas. Es alterar el orden público y, francamente, raya en el intento de homicidio.
Ahora bien, AMLO no tiene problema en quejarse de Reforma cada vez que Reforma publica alguna nota u opinión que lo critica. No tiene problema quejándose en público de Loret de Mola, de Enrique Krauze, y del PRIAN.
¿Por qué entonces guarda silencio cuando se trata de Salinas Pliego?
AMLO no le debe nada a Salinas Pliego. Más bien al revés; TV Azteca y Televisa reciben carretadas de dinero del gobierno federal.
Por lo cual, ya es tiempo de que AMLO de el manotazo contra Salinas Pliego.
El primer manotazo es sencillo: Cortar toda la publicidad oficial. TODA. Se puede informar a la gente con tiempos oficiales. Inclusive se puede reformar la ley de emergencia para que el Estdo tenga más tiempos oficiales gratuitos y se puede reforzar la difusión en internet sin pagar un solo centavo.
El segundo manotazo es más sencillo aún: Darle línea a los diputados de Morena para que no aprueben la reforma al Banco de México para que compre dólares directamente. A ver qué hace Salinas Pliego con todo ese dinero que no va a poder mover.
Y tercero, en caso de que AMLO de verdad quiere mostrar autoridad, señalar las estupideces que dice Salinas Pliego en la conferencia mañanera. AMLO tendría el respaldo la mayoría de la población sin mayor problema.
Pero mientras AMLO siga de blandengue teniéndole miedo a los medios aunque no existe razón alguna para que lo tenga, el que saldrá perjudicado no será él, sino la gente que se va a exponer a contagios de Covid sólo porque Salinas Pliego hace como si fuera más poderoso que el gobierno.
Si Salinas Pliego se quiere hacer esa chaqueta mental, allá él. Pero que se la jale solito, sin perjudicar al resto de la población con sus mensajes idiotas de exponerse a contagios de coronavirus. Y quien debe asegurarse de que no se expondrá a la población a contagios como resultado de las masturbaciones mentales de Salinas Pliego, es López Obrador.
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