Andrés Manuel López Obrador realmente corrió con suerte. La Suprema Corte de Estados Unidos salvó al presidente mexicano del fiasco que fue su visita a Donald Trump.
Mire usted:
Apenas había pasado unas horas desde que AMLO dio su discurso tibio y mentiras burdas para halagar a Trump cuando la campaña de Trump empezó a usar el discurso de AMLO para hacer proselitismo para Trump y atacar a Joe Biden, el candidato Demócrata a la presidencia.
La lamentablemente servil visita de AMLO a Washington se perfilaba para ser el parque mediático que usaría Trump en los días siguientes para tratar de levantar su popularidad y buscar el voto de los latinos conservadores que decidieron no votar por Trump. AMLO se convertiría en el poster boy de la campaña de Trump, lo cual incrementaba la probabilidad de que Trump se reelegiera y México sufriera las consecuencias con 4 años más de amenazas, imposiciones, agresiones e insultos de Trump contra México y los mexicanos.
Pero algo pasó menos de 24 horas después de que AMLO dio su discurso en la Casa Blanca.
Ayer por la mañana la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos anunció dos veredictos que involucraban directamente a Trump. Uno de ellos resultó un durísimo golpe contra Trump.
En el primero de los veredictos, la Suprema Corte ordenó que Trump le entregara sus declaraciones y documentos fiscales al procurador de justicia de Nueva York. Trump se había negado desde 2015 a dar a conocer sus declaraciones fiscales. Las posibles razones de esta negativa eran:
1. Trump mintió y no es ni remotamente tan adinerado como dice ser.
2. Trump tuvo negocios con Rusia que podrían comprometer severamente a su campaña electoral.
3. Trump incurrió en declaraciones y movimientos financieros ilegales o para engañar al fisco o para engañar a sus socios comerciales.
Si se tratara de lo tercero, esto significaría o cárcel para Trump o fuertes demandas contra Trump por parte de sus socios comerciales y gente que perdió dinero con Trump.
Sabemos que para Trump esta decisión de la Suprema Corte es gravísima, ya que toda la mañana de ayer se la pasó lloriqueando al respecto en Twitter. Peor; es grave para Trump más allá de las campañas electorales.
Y es que la segunda decisión de la Suprema Corte fue que por ahora el Congreso de Estados Unidos no podrá tener acceso a los mismos documentos fiscales de Trump, hasta que una corte menor resuelva de nuevo si le da acceso o no al congreso, pero tomando en cuenta el tema de la separación de poderes.
Eso quiere decir que por lo menos antes de las elecciones los documentos fiscales de Trump no se harán públicos. Como tampoco se harían públicos los datos fiscales de Trump por medio de Nueva York antes de las elecciones al estar la investigación contra Trump en curso.
Y lo cual significa que el asunto afecta a Trump, reitero, más allá de las elecciones. Si el asunto sólo fuera electoral, Trump no hubiera hecho berrinche. Pero lo hizo. Sabe que si la justicia tiene acceso a esos datos, puede traerle problemas legales serios.
Y ante esa realidad el video de AMLO cantándole loas a Trump no le servirá de mucho. Le servía ANTES de la decisión de la Suprema Corte. Le sigue sirviendo, pero ya no tanto.
Porque la decicisión de la Suprema Corte será el tema de las campañas electorales durante los próximos meses. Joe Biden se va a dar vuelo echándole en cara a Trump que lo están investigando por corrupción o fraude. Lo que haya dicho AMLO en la Casa Blanca tendrá poco efecto para contrarrestar el enorme problema legal que viene contra Trump.
Así que AMLO, como ya es costumbre desde la campaña electoral de 2018, corrió con mucha suerte. MUCHA suerte. Lo que estaba perfilado para ser esencialmente el inicio del fin del sexenio de AMLO, se convirtió en un resbalón más gracias a que la Suprema Corte de Estados Unidos autorizó que el gobierno de Nueva York pusiera a Trump contra la pared.
¿Quiere AMLO que su pifia en Washington deje de serlo por completo? Que llame por Zoom o por Skype a Joe Biden. O a Nancy Pelosi, líder de la mayoría Demócrata en el congreso de EU. O a Chuck Schumer, líder de los Demócratas en el Senado de EU. Sin un acercamiento con los Demócratas, el Fiasco de Washington podría regresar a, como dicen en Estados Unidos, morederle el trasero al Peje.
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