El lunes pasado los bots del PRIAN empezaron a circular tuits pidiendo el regreso de Agustín Carstens a la secretaría de Hacienda. Quesque porque él sí supo manejar la crisis económica y la devaluación.
Lo cual es mentira. Y los números lo demuestran.
Mire usted:
El 1 de enero de 2008, segundo año del gobierno espurio de Felipe Calderón, el peso estaba en 10.90.
El 3 de octubre de 2008 el dólar se empieza a disparar, producto del mal manejo de la economía por el gobierno de Felipe Calderón ante la crisis inmobiliaria de Estados Unidos. Para el 9 de octubre, el dólar llega a 13.04.
Ninguna de las medidas contra la devaluación que aplicaron los priistas Carstens, en Hacienda, y el priista Guillermo Ortiz en el banco de México, dieron resultado. Para el 31 de diciembre de 2008, el dólar llega a 13.77.
El 15 de enero de 2009, el dólar sube a 14.10.
El resto del año el dólar se ubica en alrededor de 13.10 pesos.
Ese año la economía se desplomó -6.5%, mientras que el peso perdió casi 40% de su valor.
Carstens dijo dos enormes idioteces en medio de la crisis económica. Primero, que antes cuando a Estados Unidos le daba gripa, a México le daba pulmonía, pero que ahora sólo le daba "catarrito."
¿Catarrito un desplome de la economía de 6.5% y una devaluación de 40%?
La segunda idiotez la dijo junto con Guillermo Ortiz, ex secretario de hacienda con Zedillo. En una conferencia de prensa dijeron que nadie podía predecir la crisis inmobiliaria.
Lo cual es mentira. Tan era predecible que varios inversionistas en Estados Unidos le apostaron a que fallarían los bonos hipotecarios sub-prima e hicieron miles de millones de dólares en ganancias. Esto lo documentó el periodista financiero Michael Lewis en su libro The Big Short. Hasta película le hicieron a ese libro tiempo después. Uno de los que predijeron la debacle financiera fue un doctor de California que se dedicaba a hacer inversiones como hobby. ¿Pero los "expertos" en finanzas Carstens y Ortiz no pudieron ver lo que venía?
Eso no es sólo impericia; es ineptitud.
Por cierto: la brillante idea del gobierno de Felipe Calderón para frenar la devaluación fue hacer subastas de dólares a lo idiota. Eso frenaba por unas horas las devaluación pero luego la devaluación continuaba. Al final, esas subastas para lo único que sirvieron fue para regalarle dólares a los más ricos, ya que la econonmía siguió mal.
Ahora veamos cómo están las cosas con el peso actualmente. Primero, ocurre una fuerte caída en el precio del petróleo. ¿Por qué? Porque Arabia, de manera unilateral, baja su precio del petróleo y anuncia que aumentará la producción. Esto con la intención de fregar a Rusia en una guerra de precios del petróleo. Algo parecido a la guerra de aranceles entre Donald Trump y China que le pegó a todas las economías del mundo.
El resultado inmediato fue que el dólar subió de 18 pesos a 21. Una devaluación de 16%. El detalle es que la devaluación se va a frenar en cuanto Rusia ceda a las presiones de Arabia, o los dos lleguen a un acuerdo. Cosa que puede tardar días o semanas, ya que Rusia no va a aguantar una caída tan fuerte en el precio del petróleo.
¿Le afecta a México el precio del petróleo? Sí. Pero hay un detalle: la afectación al peso es mucho menor que la afectación que tuvo en 2008 y 2009. ¿Por qué? Por las medidas económicas que tomó AMLO al principio del sexenio; aumento al salario mínimo, pensiones, becas, etc, lo cual ha incentivado el consumo interno.
Así que, la verdad, quienes claman por el regreso de Carstens no sólo son desmemoriados, sino además pendejos.
Y masoquistas.
PD: En lo único en lo que la política económica de AMLO se parece a la de Carstens es que los dos se quejaron de los privilegios fiscales de las grandes empresas. Específicamente, de la consolidación fiscal. Pero ninguno de los dos ha hecho nada para eliminarla.
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