Sí: la derecha difundió la mentira de que habría inspectores laborales de Estados Unidos en México, y que el gobierno de AMLO firmó sin leer la "letra chiquita" del T-MEC para hacer guerra sucia inventando que habría inspectores laborales de EU en México.
Ayer en esta columna demostramos que eso es completamente falso. Ni el T-MEC tiene "letra chiquita", ni menciona inspectores de ninguna índole. También demostramos que la iniciativa de ley en el congreso de EU que pretende que haya agregados (que no inspectores) laborales en la embajada de Estados Unidos en México es de chocolate y no tiene ningún efecto legal.
Pero lo que dejó claro este fiasco es que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no tiene una estrategia de comunicación para atender este tipo de situaciones. Mire usted:
Tomó literalmente tres días para que el gobierno de AMLO diera una postura oficial sobe las mentiras que estuvo difundiendo la derecha. Los mensajes de guerra sucia empezaron el viernes 13 por la noche y hasta el lunes 16 por la mañana salieron a hacer desmentidos el presidente, el secretario de relaciones exteriores y el negociador del T-MEC.
Esto se pudo haber evitado muy fácilmente si el gobierno de AMLO tuviera a alguien competente a cargo de la comunicación de su gobierno. Realmente sólo tomaba unos minutos usando Google para una respuesta oficial, ya que los documentos que demostraban que no había inspectores ni letra chiquita es pública.
Pero no: AMLO tiene a Jesús Ramírez Cuevas en comunicación de la presidencia, quien quedó tan rebasado por el tema que de plano otros secretarios del gabinete tuvieron que hacer declaraciones mientras Ramírez Cuevas estaba prácticamente escondido y sin dar la cara.
No hubo un solo comunicado de la presidencia aclarando las cosas. Ni de la secretaría de economía. Vaya, ni de la cancillería.
Nada. Completo silencio. Sólo hubo tuits de Jesús Seade primero quejándose con un desplante patriotero de una iniciativa de chocolate en comisiones en el congreso de Estados Unidos y luego sus explicaciones mensas para borrar con la cola lo que hizo con el pico.
Y mientras tanto Jesús Ramírez Cuevas callado. Cobrando un sueldo bastante elevado con dinero público sin hacer su trabajo.
Era como para que la gente de AMLO hubiera hecho un comunicado de inmediato para frenar los rumores malintencionados de la derecha. Pero no. Dejaron que la gente se fuera con la finta, lo cual obviamente sólo afecta de manera negativa a la administración lopezobradorista.
Y los propagandistas de la 4T también quedaron en calidad de pendejos. Intentaron cambiar el tema con el asunto de Felipe Calderón, pero los rebasó la derecha, que impuso sin mayor problema su guerra sucia.
Lo cual deja claro que los propagandistas de la 4T son muy buenos para gritar, pero completamente ineptos para investigar y argumentar.
Si así va a ser la capacidad de respuesta de AMLO ante un asunto francamente pedorro, como lo del T-MEC, no me quiero imaginar cómo va a pasmar su gobierno ante algo de verdad serio.
Ese es uno de los puntos más débiles del gobierno de la 4T. Y si no lo corrigen, la derecha va a aprovechar los vacíos de información para seguir haciendo daño. Podrá parecer que no es mucho lo que logran, pero de a poco a poco van a terminar desgastando al gobierno de AMLO y poniendo a la opinión pública en su contra.
Todo por insistir en poner a cuates y no a gente competente en cargos clave. Y claro, por no tener una estrategia de comunicación adecuada.
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