Irma Sandoval, hermana del cacique de Morena en Guerrera, Pablo Amilcar Sandoval, se convirtió el Virgilio Andrade de Andrés Manuel López Obrador al salir ayer a declarar que no le encontró nada irregular a Manuel Bartlett.
Pero además Sandoval mintió. Alegó que a Bartlett sólo se le podía investigar por actos ocurridos después del primero de diciembre de 2018.
Eso es mentira. Mire usted:
Es mentira porque el gobierno de AMLO no tuvo problema para investigar a Rosario Robles por actos ocurridos antes del primero de diciembre de 2018.
Es mentira porque Bartlett mintió en su declaración patrimonial al no reportar los bienes de su pareja en concubinato.
Y es mentira porque Bartlett no ha explicado de dónde salió el dinero para sus propiedades.
Lo que hizo Irma Sandoval fue convertirse en cómplice y solapadora de la corrupción de uno de los integrantes más nefastos de la 4T: Manuel Bartlett, cuya cola es tan larga que rebasa inclusive al fraude electoral de 1988, del cual fue partícipe.
Sobra decir que Bartlett tiene la completa protección del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien debe aclarar por qué lo protege.
¿Le debe algo? ¿Dinero para campañas? ¿Operación política dentro del PRI? ¿Qué? ¿Por qué la insistencia en proteger a uno de los íconos del priismo salinista?
Lamentable, eso sí, que los propagandistas de la 4T le quemen incienso a Irma Sandoval. A Virgilio Andrade, con justa razón, no lo bajaron de solapador de la corrupción de Enrique Peña Nieto cuando Andrade dijo en público que no había nada turbio con la Casa Blanca.
Pero a Sandoval le aplauden. Lo cual pinta a los propagandistas de la 4T sólo de una manera: como la encarnación de lo que tanto criticaron durante décadas.
Eso, si, recibiendo dinero del erario.
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