El pasado sábado 14 de diciembre el New York Times publicó un amplio reportaje sobre un sicario mexicano que operaba en Morelos y Guerrero. El reportaje se enfocaba en la manera en la que los cárteles entrenan a los sicarios mexicanos para matar, pero a medio artículo apareció algo que realmente es el remedio y el trapito para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador combata al narco.
Mire usted:
El artículo señala que el sicario del reportaje eventualmente fue detenido por la policía de Morelos en 2017. Pero en vez de enviarlo a juicio, el entonces secretario de seguridad pública de Morelos, Jesús Albero Capella, le ofreció convertirse en informante para poder capturar a otros integrantes del narco.
Capella relata para el New York Times que se le ocurrió hacer algo distinto para combatir al narco: Un programa informal de testigos protegidos en el cual los testigos recibían protección a cambio de información que llevara al arresto de otros narcos.
¿Por qué hizo esto Capella? Porque "se cansó de las herramientas limitadas del estado y de las ambiciones. Forenses descuidados, oficiales corruptos e investigaciones accidentadas producían pocos casos resueltos."
Explica además el NYT que "por ley, los casos de los cárteles se supone que son manejados a nivel federal, por una división encargada de investigar al crimen organizado", pero la gente desconfía del grupo.
Pero a nivel estatal, agrega el NYT, no existen programas de investigación del narco. Por lo cual Capella hizo su propio programa de testigos protegidos por fuera de los canales legales establecidos.
Al sicario en cuestión le ofreció tenerlo custodiado en un edificio junto a la cárcel en Morelos. A cambio, el sicario atestiguaba en juicios y daba información a la policía, lo cual resultó en varios arrestos de otros narcos.
Increíblemente, el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, pretende acusar a Capella de desvío de fondos.
Ahora bien; varias veces he dicho que para acabar con la violencia en México se tienen que cambiar las leyes para ofrecer incentivos a los delincuentes para que ofrezcan información. No para detener a capos, sino para frenar el tráfico de armas. Sin armas, los cárteles simple y sencillamente no pueden hacer violencia.
Ahora el NYT publica evidencia de que ofrecer incentivos a delincuentes para que ayuden a combatir la violencia sí funciona.
¿Por qué no lo han hecho entonces en el gobierno de AMLO? Insisto: no para detener capos, sino para frenar el tráfico de armas.
Pues porque el titular de seguridad pública, Alfonso Durazo, es un pendejo que nada tiene que hacer en seguridad pública.
Y no nos vamos a cansar de repetirlo. Como tampoco nos vamos a cansar de insistir en que se cambien las leyes para ofrecer incentivos a los delincuentes para frenar el tráfico de armas.
Desafortunadamente, eso sí, a pesar de que el reportaje del NYT apareció el sábado por la mañana, NADIE en los medios en México dijo una sola palabra al respecto. Nadie. Les valió verga. Y le valió verga también a Andrés Manuel López Obrador y a sus sicofantes en el gobierno.
Así que vamos a insistir de nuevo hasta que deje de valerles verga. Porque al no hacer caso en realidad a lo que ignoran es a la seguridad de los mexicanos.
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