El viernes 6 de septiembre de 2019 el gobierno de Andrés Manuel López Obrados dio a conocer que la administración de Enrique Peña Nieto despilfarró cientos de miles de pesos en gel para el pelo, papel de baño, etc.
"Obvio. Es que la cagaba mucho," pensé a manera de cuchufleta.
Al día siguiente el vocero de AMLO, Jesús Ramírez Cuevas, dijo lo siguiente en Twitter con respecto al despilfarro de Peña:
El @GobiernoMX rechaza las conductas corruptas, el derroche del erario y los gastos superfluos. Instaurar la austeridad republicana para el uso responsable de los recursos públicos es un logro de la Cuarta Transformación. pic.twitterEl @GobiernoMX rechaza las conductas corruptas, el derroche del erario y los gastos superfluos. Instaurar la austeridad republicana para el uso responsable de los recursos públicos es un logro de la Cuarta Transformación.
Lo cual es una enorme hipocresía por parte de Ramírez Cuevas.
Porque si a Ramírez Cuevas y al gobierno de AMLO le parece que la conducta de Peña fue corrupta, ¿entonces por qué hasta la fecha el presidente se niega a que Peña Nieto y otros ex presidentes sean sancionados?
¿O cree Ramírez Cuevas que no sabíamos que Peña es un corrupto? Nos quedó clarísimo luego del escándalo de la Casa Blanca. Precisamente por eso votamos por AMLO el 53% de los electores.
Pero no votamos por AMLO para que las corruptelas de Peña Nieto quedaran impunes. Ni para que nos salieran con que Peña gastó casi 200 mil pesos en limpiarse el fundillo tan sólo para que luego nos digan que si le aplican la ley entonces el país se va a "empantanar."
Así que tengan la bondad en el gobierno de AMLO de no querer vernos la cara de pendejos. Y a Ramírez Cuevas le solicitamos de la manera más atenta que no mame. Y que si se va a hacer el ofendido por la corrupción de Peña, mero que lo demuestren con una orden de arresto contra Peña. Eso sí demostraría indignación de verdad y no madamás de dientes para afuera.
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