jueves, 19 de septiembre de 2019

Se ve muy mal @johnmackerman negando el elitismo de la 4T

Por Victor Hernández

El propagandista del gobierno con cargo al erario John Ackerman (en eso te convertiste, John, ni modo) se ofendió porque el periodista Álvaro Delgado dijo que las imágenes del besamanos que hubo en Palacio Nacional el 15 de septiembre pasado --en el cual participó el propio Ackerman-- era la élite de la 4T.

Según Ackerman, en la cena que hubo en Palacio Nacional sólo estuvieron funcionarios del gabinete de AMLO y eso no es una élite.

Mintió Ackerman.

Mintió porque hubo otros funcionarios de otros niveles de gobierno. Hay fotos.

Mintió porque el besamanos de Palacio Nacional fue el mismo ritual elitista que tenía el PRIAN. Y hay fotos para demostrarlo. La única diferencia es que con la 4T el besamanos no se hizo en el mismo piso del balcón de Palacio Nacional. Aquí las imágenes. Primero los besamanos de Calderón, Fox y Peña Nieto:



Y ahora el besamanos de la 4T tuiteado por el propio John Ackerman para tratar de apantallar a sus seguidores:



Se podrá alegar que con el PRIAN había más gorrones. Pero, la verdad, si la imagen era que AMLO caminara sin gorrones rumbo al balcón de Palacio Nacional, la foto del besamanos de la 4T echó a perder el encanto. Sí hubo gorrones. Nadamás que más escondidos.

"¡El gabinete no son gorrones!" dirán los fans de la 4T. Se equivocan. SÍ son gorrones.

Son gorrones porque el Presidente no tiene por qué hacerles una cena con cargo al erario el 15 de septiembre. Ya bastante los beneficia con sueldazos de 100 mil pesos al mes por hacer como que trabajan.

Son gorrones porque si se supone que es la celebración de la Independencia de México, entonces quien debería poder entrar a cenar gratis a Palacio Nacional es el pueblo, no los integrantes del gabinete y sus cónyuges. Repito: la cena la paga el pueblo. Eso se llama COMER DE GORRA.

Y además de de ser gorrones son élite, ya que el gabinete de AMLO es su círculo cercanísimo. No puso en ningún cargo público a nadie por ser una verdadera autoridad en el rubro que le correspondía, sino por ser sus cuates o sus aplaudidores. De otra manera no se explicaría que Alejandra Frausto fuera secretaria de cultura, Rocío Nahle secretaría de energía, Manuel Bartlett director de CFE, etc. Salvo honrosas excepciones, esa ha sido la triste realidad de la 4T.

Así que John Ackerman debería dejar de tratar de tapar al sol con un dedo. Se ve mal presumiendo su elitismo de 4T y se va peor negando ese elitismo.

O dicho en pocas palabras, que no mame John Ackerman.



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