Pedro Salmerón hizo como que renunciaba a su cargo de director de la oficina de asuntos sin importancia creyendo que Andrés Manuel López Obrador no le iba a aceptar la renuncia. Pero antes de que Salmerón se enterara, el gobierno federal no sólo sí le aceptó la renuncia, sino que además nombró a un sustituto.
Lo cual sugiere que el Presidente ya estaba harto de Salmerón y lo despidió. Hizo bien. El gobierno federal no puede estarle pagando a ningún funcionario que haga apología de la violencia y del delito.
Sin embargo, no faltó el ultra que saliera con la jalada de que se le dio un triunfo a la ultraderecha. Lo cual es una absoluta mentira.
Mire usted.
Sí, la derecha hizo mucho ruido por las estupideces de Salmerón. Pero lo que diga la izquierda es irrelevante. La derecha es una facción empequeñecida y francamente irrelevante. AMLO tiene 60% de aprobación según las encuestas y eso convierte a lo que diga la derecha en una completa irrelevancia.
Lo que NO es irrelevante es que un funcionario público haga apología de la violencia y del delito, como hozo Salmerón. Eso no tiene nada que ver con izquierda o derecha. La apología de la violencia de Salmerón simple y sencillamente es incongruente con el proyecto lopezobradorista que se quejó de la violencia del Estado por años.
Además, ¿de dónde sacan en la izquierda que sólo la derecha se quejó? Muchos izquierdistas también nos quejamos por la estupidez de Salmerón. O bueno, los que no somos hipócritas y no tenemos miedo de decir la verdad.
Así que métanse sus lloriqueos POR EL FUNDILLO. Salmerón no tenía nada que hacer en el gobierno federal y su estupidez apologista de la violencia lo demuestra. AMLO, insisto, hizo bien en despedirlo.
O dicho de otro modo, no mamen.
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