La derecha --y algunos en la izquierda también-- se la han pasado quejándose del vandalismo en la marcha de feministas del pasado viernes 16 de agosto. Tachan a las manifestantes de violentas, y al gobierno de Claudia Sheinbaum de permitir el caos.
Están pendejísimos en la derecha, desde luego. Y en la izquierda también. Porque al final lo que terminó convirtiendo a la marcha feminista en un lamentable fracaso no fue el vandalismo, sino la intransigencia de algunas feministas.
Mire usted:
Cuando manifestantes feministas vandalizaron y rompieron vidrios en la sede de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México me puse del lado de las feministas, no del gobierno. Su reclamo era justo y su enojo absolutamente justificado: policías violadores en la Ciudad de México y una ineptitud aberrante al respecto por parte de la Procuradora de Justicia Ernestina Godoy.
No estoy de acuerdo con que se rompan vidrios ni con los grafitis. Pero entiendo la situación y no la iba a hacer de jamón, ya que los vidrios se reemplazan y los grafitis se limpian, pero las agresiones de la policía contra mujeres, o la indolencia de las autoridades que da pie a que las agresiones contra mujeres queden impunes, quedan para toda la vida.
Por otro lado, también considero que me parece una estupidez juzgar a las protestas feministas luego de que por años la izquierda no tuvo problema con el vandalismo y desmanes de los auto-llamados "anarquistas" cada 2 de octubre o cada que se les pegaba la gana. Hay grafitis con mensajes políticos por toda la Ciudad de México, particularmente sobre el caso Ayotzinapa, pero eso jamás le pareció mal a la izquierda. Lo cual significa que la "indignación" contra las feministas es un acto más de machismo.
Luego se organizó la marcha del 16 de agosto. De nuevo grafitis y vidrios rotos. De nuevo pensé "no estoy de acuerdo, pero entiendo por qué lo hacen." Y hasta ahí lo dejé.
Pero luego pasaron algunos incidentes que me hicieron cuestionar seriamente la postura de las feministas. El primero fue la agresión a un reportero de canal 40. No me refiero al golpe que le dio un presunto porro del PRD al cual apodan "el chupas". No, de eso no fueron responsables las feministas. Me refieron a las agresiones que recibió el reportero ANTES de ser golpeado.
El video de Canal 40 es muy claro. Varias mujeres le aventaron harina y brillantina. Una mujer que llevaba a una niña se acercó a gritarle de cosas. El reportero aguantó vara. Luego llegó el golpe y varias mujeres fueron detrás del agresor, pero al final lo dejaron ir.
Lo del golpeador, como dije, es asunto aparte y no tiene nada que ver con las feministas. Algunos lo identifican como uno de los golpeadores perredistas que reventaron un mitin de Claudia Sheinbaum en enero de 2018 en Coyoacán. Es decir, quienes deberían dar explicaciones son Raúl Flores, Mauricio Toledo y Manuel Negrete.
Pero tampoco me parecen justificables las agresiones al reportero ANTES de que lo golpearan.
Y TAMPOCO me parecen aceptables las excusas que dieron algunas feministas para agredir a reporteros. Por ejemplo:
Se pidió expresamente que reporteras mujeres cubrieran la manifestación, era un espacio separatista y les valió madre.
— Pato Memo 8a (@PatriciaAponteC) August 17, 2019
Antes de antrar de lleno al por qué esa actitud intransigente no es justificable, cabe mencionar que las feministas no sólo agredieron a reporteros hombres. También agredieron a reporteras mujeres, como ocurrió con la reportera de Milenio Melissa del Pozo:
Me informa @melissadps , gran reportera de @Milenio , que afortunadamente está bien.
— Marco A Coronel (@marcocoronel) August 17, 2019
El gobierno de @Claudiashein reporta preliminarmente 2 reporteros lesionados, 14 policías y un bombero. pic.twitter.com/NHJWU54y1R
Así que eso de que nadamás agredieron a hombres por ser hombres es mentira.
Pero al margen de eso, es una enorme estupidez pretender agredir a un reportero sólo por ser hombre. Un reportero no va a manifestarse, ni a asumir una postura política, ni confrontar a nadie. Va a hacer su trabajo. Su trabajo, en este caso, es reportar lo que ocurre en la vía pública. Y las feministas NO pueden alegar que es "su" espacio ya que, repito, se trata de la vía pública.
Eso para empezar.
En segundo lugar ¿de dónde sacan las feministas que usaron ese argumento que este tema no le concierne a los hombres? A muchos hombres también nos llena de rabia que el Estado no sea capaz de garantizar la seguridad de las mujeres y de que las agresiones contra mujeres queden impunes. También tenemos seres queridos que son mujeres y también nos alarma la manera en la que el Estado no garantiza su seguridad. ¿Por qué no tendríamos derecho a involucrarnos en el tema?
Esa intransigencia de algunas feministas fue lo que realmente hizo fracasar a la marcha del 16 de agosto. No fueron los grafitis, ni los vidrios rotos. Fue la cerrazón.
Y como varias feministas seguramente son muy jóvenes como para acordarse de esto, les comento que la intransigencia fue precisamente lo que hizo fracasar a la huelga de estudiantes de la UNAM hace 20 años.
Esa huelga estalló porque el gobierno del priista Ernesto Zedillo pretendía cobrar colegiaturas por ir a la UNAM. Pero cuando finalmente los directivos de la UNAM se sentaron a dialogar con los huelguistas, los huelguistas empezaron a mostrar intransigencia. Por ejemplo; no podían avanzar las pláticas porque los huelguistas insistían que en que los directivos de la UNAM no los llamaran "compañeros."
La intransigencia de los huelguistas hizo que todo el mundo se hartara de la huelga de la UNAM. Hasta los que los apoyaron inicialmente. Cuando el gobierno priista se dio cuenta del hartazgo de la gente, Zedillo ordenó crear a la Policía Federal Preventiva y los mandó a desalojar a los huelguistas a punta de macanazos.
NADIE se quejó. Y no se quejaron porque la opinión pública estaba harta de la instransigencia de los huelguistas que insistían en poner peros por cosas sin sentido.
Lo mismo va a pasar con las feministas. Muchos las apoyamos inclusive con los grafitis y los vidrios rotos. Pero una vez mostrándose intransigentes, el apoyo se irá diluyendo hasta que ya no tengan apoyo de la opinión pública. Cuando eso pase, la policía entonces sí las va a detener y sancionar.
Lo cual será realmente lamentable, ya que se desperdiciará una gran oportunidad para promover cambio que urge en México a favor de la igualdad de género y en contra de la violencia e ineptitud del Estado contra las mujeres.
Todo por pretender que la calle es "su espacio" y no ver más allá de sus propias consignas.
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