Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Gobierno de Claudia Sheinbaum, ha estado impulsando desde hace años el programa de desarme voluntario en la Ciudad de México con la intención de reducir la inseguridad en la ciudad. Éste consiste en canjear armas a cambio de dinero.
El programa opera bajo la idea de que mientras menos armas estén en circulación, menos será la violencia. Lamentablemente el programa no ha logrado reducir la inseguridad en la Ciudad de México en lo que va de la administración de Claudia Sheinbaum.
Razón por la cual en esta columna vamos a darle a Rosa Icela algunas sugerencias para lograr que el programa de desarme voluntario realmente funcione y realmente ayude a reducir la inseguridad en la ciudad.
EL PROBLEMA
El problema con el programa de desarme voluntario es que no está atrayendo el canje de armas con las que cometen delitos. Las armas que se han canjeado han sido principalmente rifles de caza y pistolas antiguas. O por lo menos esas son las imágenes que el gobierno de la Ciudad de México ha mostrado en internet del canje de armas por efectivo.
El segundo problema con el programa de desarme voluntario es que no se enfoca en las balas. Supongamos que alguien canjea una pistola sin balas. Pero esa persona tiene dos pistolas del mismo calibre y balas. Al canjear una pistola obtiene dinero, pero sigue teniendo las balas para cometer delitos.
Tercer problema: no hay seguimiento respecto a la procedencia de las armas. Técnicamente nadie en México puede tener un arma sin permiso de la SEDENA. Pero a nadie le preguntan de dónde sacaron las armas. Supongo que para incentivar que la gente entregue las armas sin temor. El problema es que una persona que canjea un arma vieja por efectivo puede usar ese dinero para comprar un arma nueva de manera ilegal si tiene acceso a tráfico ilegal de armas.
LAS SOLUCIONES
Todos los problemas antes mencionados tienen solución. Si Rosa Icela Rodríguez de verdad quiere resolverlos, estas son las soluciones:
1. Primero que nada el gobierno de la Ciudad de México debe hacer un inventario de el tipo de armas y calibres que se han usado en delitos en la ciudad. Particularmente en homicidios. Una vez teniendo esa lista, el programa de desarme voluntario ofrecería canjear sólo esas armas una vez al mes. En otro canje se ofrece canjear cualquier otro tipo de arma.
2. Una vez al mes se aplica un canje sólo de balas. Por cada bala entregada se entrega la mitad de su valor comercial. Alguien con un arma sin balas es mucho menos peligroso que alguien con una pistola cargada.
3. Se implementa además un programa de canje de información sobre tráfico de armas. Por cada decomiso de armas que se logre hacer, se le da al informante una cantidad de dinero proporcional al tamaño del decomiso. Si además se logran arrestos, se le da una cantidad adicional.
En otras palabras, de lo que se trata es de incentivar la entrega de armas que de verdad se usan para cometer delitos. Si se le da el incentivo adecuado a la gente para que sea la propia gente la que entregue a las autoridades las armas que realmente se usan para cometer delitos, entonces sí se podrá reducir la violencia en México.
Pero mientras el programa de desarme voluntario siga dándole dinero a la gente a cambio de armas que no se usan en delitos, la inseguridad seguirá igual o peor.
PD: El caso reciente de la niña que recibió un bala perdida y perdió un ojo no lo hubiera evitado el desarme voluntario, ya que el que disparó obviamente nunca se interesó en canjear su arma. Lo hubiera evitado el freno al tráfico de armas.
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