Ayer se dio a conocer que el secretario de educación pública, Esteban Moctezuma, dijo el primero de diciembre pasado que que tenía licenciatura en derecho, pero luego admitió que le faltan materias para tener ese título.
Además, la Secretaría de la Función Pública admitió que Olga Sánchez Cordero, secretaria de gobernación, sí puso bajo reserva en su declaración patrimonial su penthouse en Houston, pero que cuando la cacharon autorizó hacerlo público.
El mismo día la SFP dijo que el secretario de comunicaciones y transportes, Javier Jiménez Espriú, no reportó su propio depa en Houston porque supuestamente tiene un documento en el cual se muestra que el departamento cambió de dueño.
El detalle es que la SFP no mostró evidencias de que fuera el caso.
Lo cual hace difícil creerle a la SFP debido a que en Estados Unidos los cambios de propietario de inmuebles y de empresas se tienen que registrar con el gobierno estatal. Pero resulta que no hay cambios registrados en el gobierno de Texas que avalen un cambio de dueño del departamento de Jiménez Espriú.
Esto es particularmente problemático debido a que cuando una empresa es dueña de un inmueble, a única manera en la que se de un cambio de dueño es o registrándo el cambio de dueño del inmueble ante el gobierno estatal, o cambiando a los directivos de la empresa, lo cual FORZOSAMENTE se tiene que registrar ante el gobierno del estado so pena de que se invalide la legalidad de la empresa.
La única manera en la que se podría realizar un cambio de dueño de una propiedad sin que quedara rastro es por medio de un esquema de fideicomisos (yo se cómo hacerlo), pero en el caso del depa de Jiménez Espriú resulta IMPOSIBLE que eso hubiera ocurrido debido a que el registro del departamento y de la empresa no muestra los cambios legales requeridos para usar un esquema de fideicomisos.
Lo cual quiere decir que, mientras no muestren evidencia de que existe docuementación del cambio de propiedad del depa de Jiménez Espriú en Houston, la SFP y Jiménez Espriú están mintiendo.
Ahora bien; ye les habíamos advertido en este blog sobre el error que representaba poner en el gabinete de AMLO a Esteban Moctezuma y a Sánchez Cordero por sus antecedentes de derecha. Pero al parecer, en el gabinete de AMLO hay todavía más mentirosos, como en el caso de Jiménez Espriú e Irma Sandoval, quien pudo haber dicho que Sánchez Cordero reservó su depa, pero prefirió hacer un trabalenguas para tratar de medio hacer tapadera.
Lo cual nos obliga a preguntar: ¿cuántos mentirosos más hay en la 4T entonces?
Que respondan los de la 4T y que los quiten del gabinete. Porque si van a tener a mentirosos en el gobierno federal, entonces no hay cambio. Lo que hay es una bola de ineptos y de mentirosos apestándole su gobierno a AMLO.
PD: ¿Creen que es chiste lo de la ineptitud? Vean entonces esa otra estupidez más de María Elena Álvarez-Buylla, directora del CONACYT. Puso de subdirectora encargada de vigilar la biodiversidad del país a Edith Arrieta, quien es diseñadora de moda y que no tiene experiencia en biología ni en ciencia. ¿Por qué la pusieron en el cargo? Por ser cuata. Porque hizo campaña por Morena y fue candidata a diputada por Milpa Alta, pero perdió. Eso es lo que hacía el PRIAN; Ponía a gente sin calificaciones para el cargo nadamás porque apoyaron en campaña. Eso no le ayuda al país ni tantito. Peor; agrega más evidencia de que el supuesto cambio de la 4T es de dientes para afuera. ¿Tan difícil es preguntarle a algún académico o académica de la UNAM en biología si quiere el cargo? Hay muchos académicos que lo harían con gusto por convicción en la misión, no por el dinero. Pero en vez de hacer eso, Álvarez-Buylla (la que dijo la estupidez de los aluxes) pone en un cargo delicado a alguien por amiguismo político. Es el colmo.
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