lunes, 4 de febrero de 2019

Los derechangos son minoría; No tiene caso hacerles el caldo gordo

Por Victor Hernández

El pasado sábado 2 de febrero Reforma publicó una encuesta que señala que 58% de los mexicanos NO están de acuerdo en el uso de la fuerza pública contra los bloqueos de la CNTE en Michoacán, mientras que sólo 39% sí lo están.



La encuesta llama la atención debido a que Reforma es un diario de derecha y NO se ha caracterizado por apoyar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Pero lo que realmente llama la atención es esto:

El caso de la CNTE es uno de esos casos en los cuales uno esperaría que la mayoría de la gente estuviera de acuerdo en usar la fuerza pública para retirar sus bloqueos de las vías del tren en Michoacán. Después de todo, el gobierno federal ya accedió a darles dinero para sueldos. Pero no: la mayoría de los mexicanos prefieren que se siga negociando.

Por contraste, mucho menos de la mitad de los mexicanos quiere que los repriman.

Eso significa que la derecha representa apenas a 39% del electorado en un tema que podría considerarse de fácil convencimiento si lo usara la derecha para hacer grilla.

En otras palabras, lo que esta encuesta de Reforma demuestra es que en el más optimista de los casos, la derecha en México es una minoría que, de nuevo en el más optimista de los casos, no alcanza ni al 40% de los mexicanos.

Por contraste, los mexicanos que apoyan a AMLO, o que tienen una postura que NO es de derecha, representan casi el 60% de los mexicanos.

Lo cual quiere decir que en la izquierda estamos equivocando la estrategia al tratar de ponernos al tú por tú con los derechangos en redes sociales y en los medios. Al ponernos al tú por tú con ellos, les estamos ayudando a SUBIRSE a nuestro nivel.

Dicho de otro modo: cada vez que le ponemos atención a la derecha en redes sociales o en los medios, les estamos ayudando a que suban de su estatus de minoría electoral a nuestro estatus de mayoría electoral.

Y de eso es precisamente de lo que los derechangos piden su limosna.

¿Qué debemos hacer entonces? Pues ignorar olímpicamente a los derechangos. Hay que responderles, sí, PERO sin mencionarlos por nombre, sin responder directamente a sus tuits y mensajes en los medios, y sólo haciendo referencia a la izquierda.

Hay que criticar a FeCal, al PAN, al PRI, etc, desde luego. Pero no responderles a sus personeros. Y de preferencia, no responderle directamente a ellos. Por ejemplo: en vez de responderle a los tuits de FeCal o de Vicente Fox, o de cualquiera de esos changos, mejor escribamos un nuevo tuit, sin arrobarlos, y hablando en genérico.

De esa manera evitamos ayudarles a mantanerse a flote. Porque la realidad es que los derechangos son minoría electoral y no tenemos por qué ayudarles a que salgan de ese estatus de minoría.

No sólo eso: lo que digan los derechangos es irreleante. La mayoría de los mexicanos NO están de acuerdo con ellos y por más que han atacado a AMLO no han logrado reducir la aprobación ciudadana de López Obrador.

En resumen:

1. Ignorar olímpicamente a los derechangos en redes sociales y en los medios. No los elevemos con la popularidad que ´si tiene la izquierda.

2. Si es necesario responderles, que sea en otro tuit, sin arrobarlos, sin hacer referencia a sus artículos y declaraciones, y sólo con datos que los refuten para que pueda ver el público nuestra respuesta.

Pero ya no les demos importancia a los derechangos. Al final, no la tienen. Son minoría electoral. Lo que digan, para fines prácticos, es irrelevante.

O más sencillo aún: hay que responder a la guerra sucia pero no a los derechangos.

Si todos seguimos esta estrategia, después de un tiempo las propias redes sociales van a dejar de darle importancia a los derechangos y les va a ser mucho más difícil poder tener relevancia.

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