Durante mucho del tiempo en el que estuvo presa, Elba Esther Gordillo alegó que estaba tan enferma que tenía que estar en una cama de hospital en vez de estar en una celda.
Tan pronto el gobierno de Enrique Peña Nieto le dio impunidad, Gordillo se olvidó de su supuesta delicada salud y salió dar declaraciones en público en tono amenazante y con la plena intención de regresar por sus fueros a ser cacique del SNTE.
Ayer por la noche, Gordillo logró el primero de sus objetivos para regresar a ser la dirigente del sindicato de maestros: logró darle un pinochetazo al actual dirigente del sindicato, Juan Díaz de la Torre.
Es imposible no hacer esta pregunta luego de ver ese espectáculo lamentable: ¿está conciente Andrés Manuel López Obrador de que por negarse a dar un manotazo a tiempo contra los corruptos, Elba Esthe Gordillo lo puede descarrillar?
Porque recordemos lo siguiente: AMLO ganó con el 53% del voto. Si se somete a referendo revocatorio en 2021, en una pregunta de SÍ o NO, perder un mero 4% sería más que suficiente para que pierda el referendo. Y ese 4% podría ser mangoneado fácilmente en el magisterio por Elba Esther Gordillo, quien estaría en posición para exigir dádivas a cambio de no descarrilar a AMLO.
AMLO se podría evitar ese problema simplemente ordenando investigaciones contra Carlos Romero Deschamps, Salinas, Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox. No se empantanaría. Lázaro Cárdenas no se empantanó al expropiar el petróleo ni al exiliar a Plutarco Elías Calles. AMLO simple y sencillamente tiene que quitarse esa telaraña de la cabeza.
De lo contrario, lo que estará en juego será no sólo su presidencia, sino las esperanzas de cambio de la mayoría de los mexicanos.
PD: Pero qué PENDEJADA sijo Lorenzo Meyer al sugerir que si AMLO investiga a Salinas, le puede ir como a Colosio. Ernesto Zedillo virtualmente exilió a Salinas y no pasó nada. Al contrario; cuando Salinas pretendió regresar a México, Zedillo le soltó una grabación de Raúl Salinas y Salinas se regresó a Dublín con el rabo entre las patas. Y eso que Meyer es historiador. Que no mame. O por lo menos que esconda los dientes y no arranque pelos.
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