El pasado martes 27 de Noviembre por la noche los diputados de Morena no salieron con la batea de babas de que no pudieron aprobar la eliminación del fuero porque el PRI, PAN, PRD, MC, e independientes votaron en contra, con lo cual no se logró la mayoría de 2 tercios necesaria para cambios constitucionales.
(Omitieron decir, eso sí, que dos diputados de Morena y un del PT, Gerardo Fernández Noroña, también votaron en contra de la reforma que había solicitado el propio Andrés Manuel López Obrador.)
Al día siguiente, miércoles 28, Morena en San Lázaro salió con que mejor suspendía el debate sobre la revocación del mandato --otra ley que también pidió AMLO-- porque PRI, PAN, PRD, MC, etc tampoco estaban a favor y nisiquiera en lo general aprobarían ese cambio a la constitución.
Lo cual nos lleva a suponer lo siguiente:
1. O los diputados federales de Morena son realmente tan PENDEJOS que no fueron capaces de meterle un buen susto al PRIAN para que se dejearan de mamadas quedas y aprobaran las reformas.
2. O los diputados federales de Morena realmente NO querían ni eliminar el fuero ni implementar la revocación del mandato, así que entraron en complicidad con el PRIAN para que no pasaran las reformas y luego se victimizaron para taparle el ojo al macho (que es a lo que apesta el que Noroña, quien lleva años operando para el PRI, haya votado en cotra de la iniciatica de ley).
Sea cual sea la razón, y la verdad no me sorprendería que fueran las dos, con esos legisladores federales son con los que llega al poder Andrés Manuel López Obrador. Y es con esos diputados con los que va a tener que batallar los primeros tres años de su sexenio.
Con el Senado está peor, ya que Morena tampoco tiene mayoría de dos tercios y no se renueva en todo el sexenio de AMLO. Así que aunque Morena tuviera mayoría en San Lázaro, en el Senado se vuelve a trabar todo.
Así que AMLO va a tener que dejar de hacerse guaje y va a tener que dar un buen manotazo para que los del PRIAN se dejen de jaladas. Por ejemplo, investigando los casos de corrupción del PRIAN desde Salinas hasta Peña Nieto.
Porque si AMLO sigue haciéndose guaje lo único que va a pasar es que no podrá lograr ninguna reforma constitucional de verdad importante por el obstruccionismo del PRIAN.
Y eso de hacer como que van a cambiar las cosas, pero luego echarle la culpa a la minoría de que no cambiaron, se llama simulación.
Le esperaría entonces a AMLO un sexenio muy complicado con un montón de legisladores simuladores.
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