Oficialmente la derrota de Donald Trump en las elecciones intermedias que se llevaron a cabo ayer en Estados Unidos fue que el partido Demócrata ganó la mayoría en la Cámara de Representantes (el equivalente a la Cámara de Diputados en México), con lo cual ahora Trump ya no podrá aprobar leyes puesto que los Demócratas se lo impedirán. Además, ahora los Demócratas podrán iniciar investigaciones contra Trump, a quien ya no lo van a poder solapar los Republicanos.
(Mantiene Trump el control del Senado, pero eso es harina de otro costal.)
Sin embargo, la verdadera derrota no está en el Congreso, sino en tres estados clave: Michigan, Pennsylvania y Kansas.
Mire usted:
En 2016 Michigan, Pennsylvania y Kansas fueron 3 de los estados que le dieron el triunfo a Trump en el Colegio Electoral. Sin esos estados, sería difícil que Trump pudiera reelegirse en 2020.
Pues bien, en esos tres estados hubo elección de gobernador y en los tres ganaron los Demócratas. De hecho, los Demócratas quitaron a gobernadores Republicanos en Michigan y en Kansas.
Esto se traduce a serios problemas para Trump debido a que sin Michigan, Pennsylvania y Kansas, los Demócratas sólo necesitan un voto más del colegio electoral para poder ganar la presidencia en 2020.
Ese voto adicional podría venir de Wisconsin, en donde al momento de redactar esta columna la elección de gobernador estaba muy cerrada y la votación fue muy alta para elección intermedia.
Wisconsin, para los que no lo saben, tuvo una marcada baja en la votación presidencial en 2016, pero ahora que Trump está en el poder los Demócratas votaron casi en la misma cantidad que en la elección presidencial, mientras que los Republicanos votaron menos en proporción. Al momento de escribir esta columna, la diferencia entre el primero y el segundo lugar es de menos de mil 500 votos. Es decir, con un buen candidato los Demócratas ganan el estado y con eso la presidencia.
Ah, pero esa será la clave; un buen candidato para los Demócratas. Y el único candidato que puede realmente ganar la elección presidencial en 2020 es Bernie Sanders, a quien, en un enorme error de su parte, no invitó a su toma de posesión Andrés Manuel López Obrador.
Y sí; hubo otras sorpesas en la elección intermedia de Estados Unidos, como el primer gobernador gay de Estados Unidos, las mujer más joven electa para la Cámara de Representantes (Alexandria Ocasio Cortez, quien es socialista), mujeres musulmanas y migrantes electas para la cámara de Representantes (Demócratas, desde luego), y detalles por el estilo que indican que los electores de Demócratas quieren candidatos progresistas. Pero para fines prácticos, lo que de verdad es la gran derrota electoral de Trump es Michigan, Pennsylvania y Kansas. Eso es lo que realmente augura que en dos años Trump será removido del poder por los electores.
Y mientras tanto Trump ya no podrá pasar leyes. Podrá poner a más jueces de la Suprema Corte con la mayoría que conserva en el Senado, pero es poco probable que eso ocurra.
Ah, y por cierto: En lo que a voto popular se refiere, más del 50% de los votantes de Estados Unidos votaron contra Trump tanto para el Senado como para la Cámara de Representantes. ¿Por qué no ganaron los Demócratas la mayoría en el Senado entonces? Porque a pesar de que hay más votantes en California que en North Dakota, cada estado sólo puede elegir a dos senadores.
Así que por lo pronto los votantes de Estados Unidos le acaban de poner un alto a Trump en el Congreso. Pero con los resultados de Michigan, Pennsylvania y Kansas, todo indica que los electores lo sacarán del poder en 2020.
UPDATE: Los Demócratas sí ganaron Wisconsin. De haber una votación similar en 2020, Trump pierde el colegio electoral y la presidencia.
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