Bién harán Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum en leer (o que les lean) el nuevo libro de Michael Lewis, titulado The Fifth Risk (El Quinto Riesgo), sobre la incompetencia de la administración de Donald Trump en el manejo de varias de las secretarías de Estado menos notorias pero de mayor importancia para la seguridad de Estados Unidos.
El título del libro se refiere a algo que le dijo a Lewis durante una entrevista un ex funcionario de la Secretaría de Energía de Estados Unidos al contar los riesgos que ve con la manera en la que hace las cosas Trump.
"Mal manejo," fue la manera en la que describió el ex funcionario al quinto riesgo.
Y es que de entrada Trump cometió errores garrafales durante la transición de la administración de Barack Obama a la de Trump. El primero fue simple y sencillamente no enviar a su gente a las diversas secretarías de Estado a que se informaran sobre su funcionamiento.
El segundo error que cometió Trump fue poner en cargos que requerían de perfiles de ciencia a gente que no tenía experiencia, no sabía de ciencia, y su única calificación (para Trump) es que habían sido leales en su campaña presidencial.
De esa forma se colocaron en el departamento de agricultura, o en el servicio de meteorológico de Estados Unidos, por ejemplo, a un montón de jovencitos que no sabían de agricultura o de meteorología, pero que eran leales a la campaña de Trump, y cuya agenda era estrictamente ideológica: negar el cambio climático.
Un caso que llama la atención en el libro es el de Wilbur Ross, actual secretario de comercio de Trump. Ross no sólo no sabía qué hacía la Secretaría de Comercio, sino que además su perfil era el de un mentiroso.
Y es que de acuerdo con reporteros de la revista Forbes, Ross mintió a Forbes sobre la cantidad de dinero que tenía con tal de aparecer en la lista de billonarios de Forbes. Forbes señala que usualmente las personas que le mienten a Forbes lo hacen para tratar de no aparecer en la lista de billonarios, o por lo menos para que el público crea que tienen menos dinero del que realmente tienen. Sólo tres personas le han mentido a Forbes para poder aparecer en la lista: un príncipe Saudí, Donald Trump, y Wilbur Ross. Ross, por cierto, no hubiera aparecido en la lista si no hubiera mentido.
"¿Y esto qué tiene que ver con AMLO y con Sheinbaum?" Se preguntarán algunos.
Mucho.
No porque no hayan hecho el trabajo de transición de manera adecuada, sino por los perfiles que han seleccionado para cargos clave en sus administraciones.
En el caso de AMLO casi todos los perfiles importantes no son exactamente competentes. Pero sí son leales a AMLO o a la ideología de izquierda. La próxima titular del CONACYT, el próximo titular de CFE, la próxima titular de SENER, el próximo titular de SEP, por mencionar algunos casos.
Y con Sheinbaum el problema es más grave, ya que en algunos casos da la impresión de que no se está basando en lealtad para algunos nombramientos, sino en imagen. Es el caso en SSPDF y en SEMOVI, por ejemplo, donde puso a personajes "jóvenes" pero de dudosa capacidad para dar resultados.
AMLO, muy lamentablemente, parece estar pagando compromisos políticos con cargos de secretaría de Estado cuando una simple embajada hubiera sido suficiente.
Y en el caso de Sheinbaum, lo que parece estar haciendo es tratar de proyectar una imagen de "innovación" con fotos y discursos, no con planes, números o rutas claras para dar resultados.
Y eso es precisamente lo que constituye el "quinto riesgo al que se refiereel libro de Michael Lewis.
Para su administración, Barack Obama buscó perfiles que no estaban interesados en política, sino en números (datos, estadísticas, etc) y en el buen funcionamiento de las secretarías en las cuales se estarían desempeñando. No porque eso haría ver bien a Obama (en EU hay prohibiciones de ley a que ciertos sectores del gobierno tengan publicidad oficial) sino porque eso haría que funcionara bien el país.
Lo cual, al final, es lo que hace que un gobierno sea bien o mal visto.
Tanto AMLO como Sheinbaum aún están a tiempo para hacer cambios en sus gabinetes y poner a perfiles que realmente puedan dar resultados. Al final, la lealtad a ellos no le sirve de nada al país ni a la Ciudad de México. La competencia y los resultados sí.
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