La liberación de Elba Esther Gordillo no tuvo nada que ver con Andrés Manuel López Obrador. De hecho, fue una combinación de ineptitud judicial del gobierno de Enrique Peña Nieto y jugada del PRI para tapar dos enormes escándalos que estaban poniendo lo poco que quedaba de ese partido.
Esta es la historia secreta de la liberación de Elba Esther Gordillo.
Empiezo señalando que, en mi opinión, Elba Esther Gordillo no sólo debería responder por la corrupción de la que se benefició durante décadas, sino que además se debería decomisar cualquier propiedad que, previo debido proceso, se determine que fue obtenida como resultado de la corrupción.
Dicho lo cual me remito al sexenio de Vicente Fox, en el cual Fox se convirtió en aliado de Elba Esther Gordillo. Fox nunca la tocó. Por el contrario; los privilegios de Gordillo estuvieron siempre protegidos.
Curiosamente, en ese sexenio, aprovechando el desafuero, fue liberado de prisión Raúl Salinas de Gortari, quien claramente se había enriquecido con corrupción durante el sexenio de su hermano, Carlos Salinas de Gortari. ¿Se quejó el PAN en ese entonces por la impunidad de Gordillo o por la liberación de Raúl Salinas? No. Ni lo uno ni lo otro. Y el PRI tampoco.
Nos vamos ahora a las elecciones de 2006, en las cuales Gordillo benefició a Felipe Calderón participando en el fraude contra Andrés Manuel López Obrador. En ese entonces Gordillo fue grabada hablando con el entonces gobernador priista de Tamaulipas, Eugenio Hernández, diciéndole que el PRI había ganado en Tamaulipas, pero que mejor le "vendiera" a Calderón. Es decir, que alterara actas para favorecer a Calderón.
Un año después, como pago por el fraude, Calderón le dio a Gordillo el control de la SEP, del ISSSTE -via Miguel Ángel Yunes- y de la Lotería Nacional. ¿Se quejaron el PAN o el PRI? Ni una vez. Hasta partido político tuvo Gordillo a partir de ese sexenio; el Panal.
Brincamos ahora a la elección presidencial de 2012. Gordillo decide apoyar a Enrique Peña Nieto. De hecho, el pacto con Gordillo se hizo desde 2011. En ese entonces el diario Excelsior, que es priista, publicó:
Peña Nieto y Beltrones aceptan pactar con Elba Esther Gordillo
Ambos aspirantes presidenciales del PRI avalaron una posible alianza con el Panal, partido de la dirigente del sindicato de maestros
El senador Beltrones dijo que las maestras y maestros de México siempre han sido aliados del PRI y se dijo convencido de que no se suscribirán compromisos que vayan en contra del progreso del país.
“Cualquier alianza que se lleve a cabo con un gremio tan respetado, como es el de los maestros, de las maestras de México, deberá ser para mejorar la educación”, dijo el senador.
Al respecto, el ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, declaró que “el partido está explorando justamente con qué partidos puede haber afinidad en cuanto a la plataforma de gobierno que estamos proponiendo y que de haberla, pues obviamente nos permitiría un frente mucho más competitivo en la próxima elección presidencial”.
En esa elección no hubo una alianza electoral con el PANAL, pero sí lo usaron para tratar de quitarle votos a Andrés Manuel López Obrador con Gabriel Quadri, el chiflado al que pusieron de candidato presidencial del Panal.
Curiosamente, en mayo de 2012 Andrés Manuel López Obrador declaró que Gordillo pactó controlar la SEP de ganar el PRI las elecciones. Dijo:
Con nosotros Elba Esther Gordillo “ya no va a manejar la educación pública. Es muy, digamos, hábil, y ya tiene un acuerdo con el PRI para que en caso de que ganara Enrique Peña –y toco madera–, ella va a la Secretaría de Educación Pública. Ya sé que no lo quieren así, sería terrible, pero ese es el acuerdo.”
Gordillo no fue la Secretaria de Educación Pública con Peña Nieto, pero sí continuó controlando al SNTE.
El detalle fue que Gordillo se opuso a la reforma educativa de Enrique Peña Nieto y el PAN. Y justo cuando ampezó a arengar a los maestros del SNTE para oponerse a la reforma educativa, Peña Nieto decidió darle un quinazo para hacerla a un lado.
¿Por qué hacer a un lado a Gordillo? Porque la reforma educativa sería la primera de las reformas privatizadoras que Peña impondría desde Los Pinos. Si fracasaba la reforma educativa, corrían riesgo de fracasar las reformas fiscale y energética, que eran mucho más jugosas. La reforma educativa tendría como objetivo impedir, mediante amenaza de despido, pero con pretexto de "evaluación", que los maestros pudieran tener el poder político suficiente para oponerse a las reformas de Peña Nieto que claramente afectarían a los intereses de todos los mexicanos, incluidos los maestros.
El quinazo a Gordillo consistió en acusarla de desviar millones de pesos en fondos del sindicato para uso personal, así como para hacer compras en tiendas de lujo en Estados Unidos. Además, la acusaron de lavado de dinero y de asociación delictiva.
Sin embargo, el caso estuvo tan mal armado y hecho tan a las carreras -era procurador de justicia Jesús Murillo Karam, el del "ya me cansé"- que los abogados de Gordillo le fueron tirando uno a uno los cargos en tribunales.
Pero Peña se aferró a mantener a Gordillo en prisión. No porque le importara su corrupción, sino porque no quería que le arengara a los maestros en su contra. La corrupción a Peña le valía madre. Peña era el principal corrupto del país, como se evidenció con sus cochinadas con Grupo Higa.
El problema era que Gordillo estaba a poco tiempo de llegar a la edad en la que, por ley, cualquier preso puede tener arresto domiciliario. El día llegó en efecto, pero Peña mantuvo a Gordillo en prisión, a pesar de que la ley impedía que siguiera presa.
Pasó el tiempo y, de nuevo por lo mal hecho del caso contra Gordillo en la PGR, Gordillo fue ganando amparos para tener arresto domiciliario, el cual eventualmente consiguió mucho antes de las elecciones de 2018.
Aquí algunos dirán "ah, pero Gordillo merecía estar en la cárcel." Y en efecto su corrupción merecía sanción, pero Peña Nieto hizo mal el caso contra Gordillo. Peña debería aclarar si lo hizo mal por ineptitud de su administración o si lo hizo mal por diseño para que sólo estuviera en prisión mientras pasaba su sexenio. Considero que es una combinación de las dos cosas. Después de todo, el PRI necesitaba del PANAL para poder hacer alianza electoral ante su estrepitosa caída en las encuestas prácticamente al llegar Peña al poder.
Para finales de 2017 Gordillo, como ya mencionamos, ya no se encontraba en prisión. Le dieron arresto domiciliario y además Peña Nieto aceptó que le quitaran el brazalete electrónico que debía tener para poder cumplir con el arresto domiciliario.
¿Por qué aceptó Peña que le quitaran el brazalete si antes se negó a que tuviera arresto domiciliario? Porque el PRI estaba en tercer lugar en las encuestas y quería ir en alianza con el Panal para la elección presidencial.
Sin embargo, para 2018 el gobierno de Peña Nieto ordenó impedir que Gordillo pudiera hablar por teléfono luego de que su nieto, René Fujiwara, decidiera aliarse con Morena.
¿Era esa una alianza con Gordillo? No. Lo era con su nieto, pero no con ella.
Pasan las elecciones, gana AMLO, y la derecha salinista busca la manera de descarrilar a AMLO en los medios para tratar de justificar la anulación de la elección o, por lo menos, hacer que llegue AMLO debilitado a la toma de posesión el primero de diciembre. Y en efecto lograron debilitarlo en buena parte debido a los errores que estaba cometiendo AMLO, como darle la dirección de CFE a Manuel Bartlett, poner en Segob a Olga Sánchez Cordero, no tocar a Carlos Romero Deschamps o e incluir un párrafo zalamero en una carta a Donald Trump.
Conforme se acercaba la entrega de la constancia de mayoría de AMLO pasaron dos cosas que pusieron al PRI contra la pared. La primera fue el escándalo que causó el ataque de elementos del Estado Mayo Presidencial contra un reportero de Univisión que fotografió a Gabriela Rivera mientras se paseaba con un oneroso gasto al erario en París, ya que su seguridad la paga el pueblo. Lo cual era doblemente escandaloso al considerar que Peña dejaría una deuda enorme a la administración de AMLO. Pero esto amenazaba con convertirse en otra Casa Blanca. Tenían que frenarlo a como diera lugar.
Al mismo tiempo, el gobierno priista de Sonora buscaba aprobar en lo oscurito modificaciones a la ley para impedir que la nueva legislatura estatal de mayoría morenista pudiera legislar. Algo se necesitaba para que la atención de la opinión pública no se fijara en lo que pretendía hacer el PRI en Sonora en lo oscurito y justo cuando AMLO iba a recibir su constancia de mayoría.
Fue ahí donde se dio a conocer que Elba Esther Gordillo sería "liberada" al haberse caído por completo el caso de Peña Nieto contra Gordillo.
Pero era mentira que Gordillo sería liberada. Gordillo ya estaba libre. Tenía desde el año pasado viviendo en una cómoda y lujosa mansión en la Ciudad de México. En la cárcel ya tenía mucho tiempo de no estar. Y quien ahora simplemente ya no pelearía por seguir llevando un caso en su contra sería Enrique Peña Nieto.
"¡López Obrador la liberó!" dijo la derecha salinista de inmediato tanto para desviar la atención de los escándalos priistas como para tratar de opacar la entrega de la constancia de mayoría de AMLO, única en la historia del país que se había entregado con una mayoría de más del 53% del voto en la historia de México.
Pero era una absoluta mentira debido a que:
1. La "liberación" la hizo el gobierno de Peña Nieto, no AMLO, quien nisiquiera era Presidente Electo cuando se decretó el fin del caso contra Gordillo.
2. Nisiquiera siendo Presidente Electo tendría AMLO manera de liberar a nadie, ya que AMLO no tendrá autoridad sobre la PGR hasta el primero de diciembre de 2018. Para eso aún faltaban casi 4 meses.
3. Quien hizo todo lo posible por liberar a Gordillo una vez que sirvió a sus planes políticos fue Peña Nieto. La liberación empézó desde el año pasado y ahora se consumó simplemente porque así le convení al PRI para tapar dos enormes escándalos que lo tenían contra la pared.
Por lo cual, no se puede subrayar lo suficiente, AMLO no tuvo nada que ver con eso. La liberación de Gordillo fue por obra y gracia de Peña Nieto. Tanto por su ineptitud para llevar el caso contra Gordillo como por la conveniencia mediática que tenía el liberarla ahora que el PRI estaba contra las cuerdas.
Sin embargo, sí se debe decir que ahora que Peña le soltó a Elba Esther Gordillo a AMLO, y con toda facilidad Gordillo podría arengar a la SNTE en contra de AMLO, López Obrador debe dar un manotazo y actuar de inmediato contra los principales líderes sindicales corruptos del PRI. Específicamente contra Carlos Romero Deschamps. Poner tras la rejas a Romero Deschamps será una muy buena advertencia a Gordillo para que no se pase de la raya y no pretenda sabotear a su sexenio. Sólo así AMLO podrá tener la certeza de que Gordillo no volverá a aliarse con el PRI para tratar sabotear la voluntad popular. No hacerlo será un error garrafal por parte de AMLO que bien le podría costar o el sexenio, o no conservar la presidencia en 2024.
Porque Elba Esther Gordillo no será aliada de AMLO, sino del salinismo, que es con el que logró su poder político y con el que fácilmente se volvería a aliar si así le conviniera.
PD: El PRD alega que la liberación de Gordillo fue un pacto entre Peña y AMLO. Eso es falso. El pacto que sí hubo durante dos sexenios fue entre el PAN y Gordillo. Pero el PRD no tuvo empacho en hacerse aliado del PAN. Cínicos.
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