Publicó ayer El Universal un artículo en el cual afirma que los llamados "influencers" en youtube simple y sencillamente no funcionan para orientar el voto de los millennials.
O dicho de otro modo, nadie le hace caso a los youtubers ni cambió el sentido de su voto por ellos.
Lo cual significa que pagarle dinero a influencers -o a las empresas que les pagan- para que apoyen a algún candidato, o ataquen a otro, es un desperdicio de dinero que los partidos políticos bien harían en dejar de deslerdiciar.
El Universal, desde luego, está descubriendo el hilo negro. Cualquiera que entienda un poco de redes sociales les puede decir dos cosas:
1. El público de los mal llamados influencers no son millennials, sino chamaquitos de secundaria que ni tienen poder adquisitivo ni votan, y que en unos años ya no los van a pelar porque un joven de 18 piensa muy distinto que uno de 14.
2. Si eso no es suficiente para convencerlos de que los imfluencers son una bola de humo, entonces consideren lo siguiente: literalmente durante años la derecha tuvo a varios youtubers atacando de manera constante a Andrés Manuel López Obrador. Pero en vez de bajarlo en las preferencias electorales, las encuestas mostraron todo lo contrario. Vaya, en el caso de Caño de Cuacha -bautizado por usuarios de Twitter como "Chayo de Hacha"- el que perdió rating fue el youtuber y lo sacaron del horario estelar para pasarlo a otro horario más chafa y con menos tiempo. Cuando eso pasó, Caño de Cuacha le echó la culpa de todo a López Obrador, supongo que pensando que así perdería votos, pero pasó lo contrario; siguió subiendo en las encuestas.
Dato intersante: tanto Ricardo Anaya, como José Antonio Meade, como El Bronco, fueron a dar pena ajena con pendejos de Youtube dizque porque tienen muchos millones de seguidores. Pero sus números en las encuestas no cambiaron o se fueron para abajo. Mientras tanto, el único candidato que no fue con ningún youtuber, López Obrador, siguió subiendo en las encuestas.
"Ah, pero Tatiana Clouthier sí fue con un youtuber," dirán algunos. Sí, pero ella no está en la boleta.
¿Qué podemos concluir de estos datos duros? Que los influencers, versión youtube principalmente, no sirven para nada; que es un desperdicio de dinero pagarles publicidad, y que los partidos políticos y gobiernos harán bien en no desperdiciar dinero público en eso porque no sirve de nada. Por lo que ya comentamos: el público de los influencers ni tiene dinero ni vota.
Habrá quien pregunte; "¿entonces hay algo en internet que sí funcione?" Sí, sí hubo algo. Pero eso lo veremos en la columna de mañana.
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