Gerardo Fernández Noroña no debería tener una candidatura en Morena a diputado por Iztapalapa. Al margen de que ni vive ahí, y cuando fue diputado el sexenio pasado no presentó una sola iniciativa de ley, Noroña claramente está saboteando la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
Por ejemplo: la semana pasada Noroña estuvo de visita en Caracas, Venezuela, y se puso a defender a Nicolás Maduro en redes sociales.
Maduro, sobra decir, no es defendible. Y cada vez que alguien en Morena se pone a defender a Maduro, o a Hugo Chávez, o a cualquier otro régime autoritario "socialista", quien paga los platos rotos con la mala fama es Andrés Manuel.
Noroña sabe perfectamente lo que causa al ponerse a defender a Maduro. Y dudo que lo haga sin estar conciente de las consecuencias al tener una candidatura de Morena.
Ahora bien, desde hace años Noroña es un peón más del PRI y de Televisa. Se disfraza de izquierdista echándose choros dizque a favor de la izquierda, pero en realidad operando para el PRI-Televisa.
Por lo cual la pregunta obligada es esta: ¿quién le dio la orden a Noroña de ir a Venezuela y de ponerse a defender a Maduro? O dicho de otro modo, ¿quién le dio la orden a Noroña de SABOTEAR A AMLO?
No lo duden: A Noroña no le importa el lopezobradorismo. Su interés es uno uno sólo: él mismo. Se disfraza de izquierdista para poder estar de trepador político, pero en el fondo sólo le interesa su beneficio político propio.
No necesitaba AMLO que Noroña fuera su candidato. El haberle dado esa candidatura, insisto, fue un error garrafal. Porque como indican las encuestas, AMLO no está creciendo en preferencias electorales. Y esa falta de crecimiento no cambió al agregar a Morena a gente como Napo, René Fujiwara, Lilly Téllez, o Noroña.
Ahora la pregunta es, ¿hasta cuándo se va a dar cuenta López Obrador de que le vieron la cara los que lo convencieron de aceptar a chapulines de derecha, incluyendo a Noroña, en sus filas?
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