Hace unos días un amigo de a Estados Unidos me envió un email con un enlace a un artículo del Wall Street Journal sobre el hallazgo de que Michael Dell, fundador de la empresa de computadoras Dell, fue quien compró en 2014 el departamento más caro en la historia de Nueva York. El penthouse en uno de los edificios más altos de Manhattan tuvo un costo de 100.47 millones de dólares.
Pero la verdadera noticia no es la compra del departamento. Total; Dell es millonario y no debería extrañarle a nadie que gaste en lujos. No; la verdadera noticia es el hecho de que Dell mantuvo en secreto el costo de la compra del departamento durante 4 años.
De hecho, Dell sigue evadiendo hablar al respecto. Cuando los medios en Estados Unidos trataron de contactar a sus representantes legales para que comentara al respecto, no respondieron.
No sólo eso. Dell armó una estructura de empresas LLC para tratar de ocultar que él había comprado el departamento. E hizo firmar contratos de confidencialidad a quienes estuvieron involucrados en la compra del inmueble.
Desafortunadamente para Dell, las empresas LLC tienen registros públicos en Estados Unidos y sólo era cuestión de tiempo para que alguien diera con el verdadero dueño del departamento. Así que la privacidad que Del esperaba tener con su estructura de empresas para la compra del departamento sólo le duró 4 años.
¿Por qué no quería Dell que se supiera que él compró ese departamento? Porque en Estados Unidos nadamás alardean riqueza los tarugos (o los charlatanes que venden que son más ricos de lo que realmente son, como Donald Trump). Los ricos de verdad ricos hacen lo posible por no dar a conocer o confirmar cuánto dinero tienen. Pocos en la lista de Forbes van a decir cuánto dinero tienen en realidad.
¿Por qué? Por varias razones, pero principalmente por temor a demandas, ya sea demandas frívolas o demandas válidas en las cuales su riqueza real pueda quedar en riesgo.
Por ejemplo: si un rico en Estados Unidos tiene 10 billones de dólares, pero la gente cree que tiene 10 millones, si alguien lo demanda lo va a demandar por hasta 10 millones de dólares. Pero si se tuviera confirmación de que tiene 10 billones (mil veces más dinero) entonces lo pueden demandar por hasta 10 billones.
De ahí que la privacidad sea una de las principales preocupaciones para los ricos en Estados Unidos. Porque al saberse lo que realmente tienen quedan expuestos a riesgos legales.
Habrá quien piense que por eso los ricos usan cuentas en paraísos fiscales. No es así. Los paraísos fiscales son para evadir impuestos, no para tener privacidad. Porque para tener privacidad los ricos tienen otros métodos legales con los cuales no tienen que mover su dinero fuera de Estados Unidos.
Estos mecanismos legales son los fideicomisos, los cuales pueden dar privacidad a cualquier persona para sus propiedades y su dinero. El detalle es que pocos en Estados Unidos conocen cómo funcionan estos mecanismos y creen que la única opción para tener privacidad son las corporaciones o las empresas LLC. Pero no es el caso.
¿Cómo se esto? Porque el amigo que me envió el artículo sobre el departamento de Dell se dedica precisamente a preparar documentación para fideicomisos en Estados Unidos y sabe cómo usar un fideicomiso para que sea muy difícil, si no es que imposible, que alguien sepa quién es el verdadero dueño de una propiedad registrada con un fideicomiso. Claro, si el fideicomiso está bien hecho.
Lo que me comenta este amigo es que mucha gente no tiene privacidad en sus propiedades en Estados Unidos porque no investigan cómo tener esa privacidad. Se van con lo que les dicen los abogados y las inmobiliarias les dicen sin cuestionarlo. Pero los abogados y las inmobiliarias no les dicen a sus clientes lo que más le conviene al cliente, sino a los abogados e inmobiliarias.
Por consiguiente, muchos ricos -y gente que nomes rica, pero que quiere proteger sus bienes- quedan vulnerables ante la falta de privacidad para sus propiedades.
Si Michael Dell hubiera usado un fideicomiso en vez de una estructura de empresas LLC, se hubiera ahorrado un montón de dinero y no se hubiera sabido que compró ese departamento ni en 4 años ni nunca. Así de sencillo.
¿Qué tiene que ver eso con México? Bastante. Pero de eso hablaremos en la segunda parte de esta serie.
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