Ayer desde muy temprano varios en la izquierda estuvieron cacareando una encuesta de El Financiero que le da 42% de preferencia electoral a Andrés Manuel López Obrador, 24% a José Antonio Meade, y 23% a Ricardo Anaya.
Yo de plano desconfío de esa encuesta. Y los seguidores de López Obrador deberían desconfiar también. Mire usted por qué:
Para empezar, la encuesta considera como candidatos a El Bronco y a Ríos Piter, con 2 puntos cada uno. El INE les negó el registro como candidatos por no presentar suficientes firmas válidas, por lo cual esos 4 puntos se van a redistribuir, probablemente beneficiando a Anaya.
En segundo lugar, También aparece como candidata Margarita Zavala, pero si el INE decide negarle el registro por transas en su financiamiento, sus 7 puntos también se van a ir con Anaya.
Eso es lo obvio. Lo que no es tan obvio es lo siguiente: La encuesta más confiable del país, que es la de Reforma, le dal Peje sólo alrededor de 35%. Parametría confirma esa tendencia de alrededor de 35%. ¿Por qué entonces El Financiero le da 42% y dice que AMLO creció 4 puntos que perdió Anaya?
Lo tendría que explicar El Financiero, pero la experiencia en elecciones con encuestas que ponen a un candidato como invencible muestran que cuando el puntero es visto como invencible, sus propios votantes no salen a votar por él debido a que creen que "de todos modos va a ganar."
Así le pasó a muchos izquierdistas en Estados Unidos en 2016, creyendo que no había problema si no votaban por Hillary Clinton (porque les caía mal) porque de todos modos "es imposible que gane Trump." Hillary en efecto ganó el voto popular por un margen de 3 millones de votos. Pero en un puñado de estados en los que la votación estaba muy cerrado Trump ganó por un margen pequeño, lo cual fue suficiente para que ganara la presidencia por colegio electoral.
En otras palabras, así como una encuesta donde AMLO está muy alto en preferencia electoral puede parecerle una maravilla a sus seguidores, también puede causar que muchos decidan no tomarse la molestia de votar pensando que "de todos modos va a ganar."
Y si eso pasa, el que resulta beneficiado es el segundo lugar.
Hablando del segundo lugar: la encuesta de El Financiero parece querer ayudar a José Antonio Meade al ponerlo en segundo lugar, apenas rebasando a Anaya. No pasó nada realmente durante la intercampaña que ameritara que Anaya perdiera 4 puntos y se fueran ¡con AMLO! Lo de Anaya y el supuesto lavado de dinero también le pegó al PRI al mostrar su espionaje político. Y al mismo tiempo se supo de desvíos millonarios de dinero en el gobierno priista con Meade como principal involucrado. Por consiguiente, no tiene justificación la caída de Anaya ni un aumento de votos para Meade.
Así que si me preguntan, esta encuesta lo que busca es desincentivar el voto de izquierda ("¿para qué votar si de todos modos va a ganar?") y ayudarle a Meade.
OJO: Si el segundo lugar, que oscila entre 23 y 24 porciento, sube 5 puntos, entraría en terreno de empate técnico si AMLO realmente está en 35%. Y ahí es donde se hará el fraude.
¿Qué puedo concluir de esto? Que lo mejor es esperarse a la encuesta de Reforma y no estar cacareando encuestas que más que ayudarle a AMLO, en realidad lo pueden perjudicar.
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