Con la novedad de que Ricardo Monreal se está esperando a que anuncien quién será el candidato de Morena a la alcaldía de Cuauhtémoc en 2018 antes de anunciar si se va de Morena o se queda.
¿Por qué? Pues porque Monreal quiere poner de delfín a Néstor Núñez, hijo del gobernador perredista de Tabasco Arturo Núñez con quien Monreal fue grabado operando que le hiciera un "contrato simulado" para justificar sus gastos de campaña en 2012.
Si no le cumplen el capricho, Monreal se va de Morena. Si sí se lo cumplen, se queda. ¿Por qué? Porque con Núñez de títere en Cuauhtémoc Monreal puede seguir transando, dando contratos a los cuates de su hija -y a los suyos, desde luego- y puede seguir usando de clientela política a los ambulantes del PRI, con la esperanza de que en 2024 ya le toque ser candidato de Morena a Jefe de Gobierno del DF.
Nadamás que Martí Batres tambíen quiere poner a su propio candidato. De acuerdo con El Universal, se trata de Alfonso Suárez del Real, asambleísta de la tribu política de Batres.
¿Quién debe quedar de candidato? El que sea menos Núñez. Cualquier achichincle de Monreal que tenga candidatura de Morena terminará saboteando a Morena e incurriendo en los mismos escándalos que ya le conocemos a Monreal.
Así que si es Súarez del Real o si es otro, da lo mismo. Lo importante es que NO sea Núñez, ya que si le dejan la más mínima pizca de acceso al poder a Monreal, será el caballo de Troya que Monreal quiere para tratar de regresar por sus fueros en 2024.
Y como ya vimos, a Monreal no se le puede confiar nada porque lo único que quiere es el poder para seguir transando.
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