En Julio de 2015 publiqué un libro digital titulado Cómo Joder a un Espía (disponible en Amazon) con la intención de darle información a la gente sobre cómo protegerse de espionaje del gobierno. Lo escribí luego de que se incrementaran los reportes de espionaje político en México durante las campañas para las elecciones intermedias.
Yo ya sabía que el gobierno mexicano usaba spyware para tratar de tomar el control de smartphones de ciudadanos en México. Lo alertó por primera vez la revista Proceso en 2013, en un reportaje en el cual se reveló que desde 1992, cuando aún era presidente Carlos Salinas de Gortari, se empezaron los primeros enlaces entre empresas mexicanas de telecomunicaciones y empresas israelíes de espionaje digital. La intención era espiar para el gobierno de Estados Unidos.
Pero ahí no paró la cosa. Proceso reveló también que tanto con Vicente Fox como con Felipe Calderón se incrementó la compra de equipo para espionaje de ciudadanos. El encargado del espionaje era ni más ni menos que Genaro García Luna, el siniestro mandamás de la AFI con Fox y de la SSP con Calderón.
El reportaje de 2013 señala que el gobierno federal panista de Felipe Calderón licitó sistemas de espionaje a la empresa israelí Verint, usando el programa FinFisher, versión anterior al virus Pegasus que hacía lo mismo que Pegasus: controlar un smartphone de manera remota sin la autorización del dueño.
Irónicamente, unos meses después Calderón dijo estar indignado luego de que se supiera que el gobierno de Estados Unidos lo espió a él.
Dos años después, en julio de 2015, Proceso publicaría otro reportaje evidenciando el uso de spyware por el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto. El nombre del software de espionaje era DaVinci y fue comprado a una empresa italiana llamada Hacking Team. El fin de semana en el que Proceso publicó ese reportaje yo estaba por terminar mi libro Cómo Joder a un Espía.
Una semana más tarde el gobierno federal priista, por medio de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de gobernación, salió a decir que el que compró el software DaVinci a Hacking Team fue Felipe Calderón en 2010; que el gobierno de Peña no había comprado nuevo equipo y que el que ya tenían sólo lo usaban para labores de seguridad.
Pero resultó que Osorio estaba mintiendo. Por ese entonces, de acuerdo con el reportaje publicado ayer, lunes 19 de junio de 2017, por aristeguinoticias.com, el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto ya tenía medio año de estar tratando de espiar a activistas y periodistas usando Pegasus, de la empresa americana con sede en Israel NSO Group. Un mes después de las declaraciones de Osorio inicó el ataque contra el hijo de Carmen Aristegui, Emilio. El costo de hackear un smartphone era de 77 mil dólares.
De nuevo en ironía -o en cinismo- dos años antes, en septiembre de 2015, Peña Nieto dijo que si hubo espionaje contra él por parte del gobierno de Estados Unidos entonces tendría que haber una sanción. “Si ha habido espionaje a México por parte de EU, debe haber las sanciones correspondientes“, dijo en ese entonces Peña a la cadena de noticias del gobierno Ruso, Rusia Today.
Tal vez eso explica por qué ninguno de los aspirantes a la candidatura presidencial del PAN dijo una sola palabra sobre el espionaje a activistas y periodistas denunciado por Carmen Aristegui y por el New York Times; Porque se hubieran mordido la lengua, particularmente en el caso de Margarita Zavala, cuyo esposo compró equipo de espionaje que hacía lo mismo que hace Pegasus. Sólo se manifestaron en contra representantes de tres partidos políticos: Morena, PRD y Movimiento Ciudadano. Los demás guardaron silencio.
Irónicamente, el mismo día en el que el NYT y Aristegui denunciaron el uso de Pegasus para espiar a periodistas y activistas, El Universal publicó una entrevista con Roberto Campa, a quien el PRI y el PAN han tenido en la PGR o en la Segob como premio para el PANAL por participar en sus fraudes electorales, en la cual Campa salió con que México no está actualmente en la peor situación para periodistas; que estaba peor con Calderón (con quien también fue funcionario) y que en todo caso, sugirió Campa, su matan periodistas es culpa de los periodistas por publicar información sobre la violencia del narco.
Todo el día tuvo El Universal la nota de esa entrevista como su nota principal en su sitio de internet, por encima de las demás notas. Nunca la cambiaron por lo menos hasta las 6:00 de la tarde.
Otros lambiscones del gobierno priista se callaron la boca no dijeron ni pío sobre el espionaje. El PRI sólo puso a uno de sus merolicos en radio a atacar a Aristegui por denunciar el espionaje.
Por mi parte, yo publiqué un manual para detectar el spyware Pegasus en un smartphone. Me pareció que era lo correcto para que la gente pudiera defenderse y denunciar en caso de que hubieran sido atacados por los espías del gobierno.
Pero a lo que voy con todo esto es a señalar el hecho de que tanto el PRI como el PAN han despilfarrado dinero del erario en comprar servicios de espionaje que NO usan para combatir a la inseguridad, puesto que los índices de inseguridad han ido en aumento, sino para espiar a los ciudadanos que consideran una amenaza para el gobierno por el simple hecho de que osaron decir la verdad sobre las corruptelas, arbitrariedades, abusos, crímenes de lesa humanidad, y otras cochinadas del gobierno.
Eso sí; para el PRIAN sólo en Venezuela son villanos que oprimen a la ciudadanía.
Considere usted eso a la hora de ir a votar en 2018. Porque sea con PRI o con PAN, el siguiente que podría ser espiado por el gobierno panista o priista hackeando su celular podría ser usted.
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