Como ya comenté en >esta columna ayer, comparado con 2011, en 2017 el PRI perdió por lo menos 35% de su voto en Edomex (probablemente más). Estamos hablando de más de un millón de votos (de nuevo; por lo menos).
¿A dónde se fueron esos votos? Se fueron a Morena, y representaron casi el 60% (o más) del voto que tuvo Delfina Gomez.
Eso significa que para fines de estrategia, Andrés Manuel López Obrador debe buscar el voto priista en 2018.
¿Qué significa eso? Significa que AMLO debe dejar de tratar de ganar el voto panista. No logró obtener Morena muchos votos panistas en Edomex, ni en Veracruz, ni en Coahuila, ni en Nayarit.
Significa que su discurso ya no puede seguir siendo quasi-religioso, haciendo referencias a la biblia, y a pecados y a "reinos" de justicia y etc.
Significa que ya no puede seguir siendo indiferente ante el tema de derechos gay y aborto. Al PRD no le afectó abanderar esos temas en Edomex. Tuvo más o menos los mismos votos que tuvo Alejandro Encinas en 2011.
Y significa que AMLO debe enfocarse en decirle claramente a los habitantes de los estados priistas que viven mal en esos estados porque el PRI los ha engañado; que los gobernadores del PRI terminan en la cárcel. Y que de llegar a la presidencia sí habrá castigo para los corruptos.
No puede AMLO seguir con el discurso de casi casi pedirle permiso a Salinas para ser presidente. Eso no es lo que quiere la gente. La gente quiere justicia, pero no van a votar por alguien que les representa lo mismo que el PRI.
Esperemos que AMLO haga caso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario