El gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto dejó claro una vez más que tolera la corrupción al perdonarle un fraude a una empresa de Puebla que usó documentos falsos para ganar contratos de la SCT por 428 millones de pesos.
Reforma publicó el martes 4 de octubre de 2016 que la Secretaría de la Función Pública, en la que Peña Nieto puso a Virgilio Andrade a darle impunidad por la Casa Blanca, inhabilitó a la constructora poblana por 1 año, virtualmente perdonándole el fraude de usar documentos falsos para obtener el contrato. Dos días después le dieron otra inhabilitación por cinco años.
¿Qué pierde la empresa si la inhabilitan un año? Nada. Porque en cinco años, si el PAN o el PRI siguen en el poder, con toda facilidad le pueden dar más contratos. Esa inhabilitación es nadamás para taparle el ojo al macho.
La pregunta ahora es ¿por qué no se ha sancionado a Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT, por haber permitido que se le dieran contratos a una empresa que falsificó documentos?
¿Por qué sigue Ruiz Esparza en el cargo si se descubrió que le dio contratos una empresa que usó documentos falsos?
Porque una de dos: o Ruiz Esparza es un incompetente que nisiquiera es capaz de investigar documentos para contratos de cientos de millones de pesos, o Ruiz Esparza es cómplice por haber permitido el uso de documentos falsos a sabiendas que los documentos eran falsos.
Pero como el PRI y Enrique Peña Nieto lo que privilegian es la corrupción, la empresa que falsificó documentos sólo recibió una inhabilitación que no sirve para nada, y Ruiz Esparza sigue en su cargo.
¿Ve por qué hubiéramos estado mejor con un gobierno de izquierda?
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