No es secreto que Marcelo Ebrard está haciendo promoción a favor de Hillary Clinton en Estados Unidos. Aunque su participación se había mantenido más o menos discreta.
Hasta el viernes pasado cuando tuiteó lo siguiente:
Cada voto cuenta, apoyemos a Hillary Clinton. Derrotemos la xenofobia anti mexicana de Trump pic.twitter.com/Qpb314m3Qq
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) October 29, 2016
Lo hizo justo cuando la campaña de Clinton pasaba por un momento difícil a 11 días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Por tonterías que no descarrilaron su campaña, pero momento difícil en unas elecciones en las que la gente cambia de preferencia electoral cada semana.
Y con lo cual ya queda clarísimo que Marcelo Ebrard tiene una importante cercanía si no con Clinton, con su campaña, que a fin de cuentas es lo mismo.
Lo cual no debe ser ni pasado por alto ni desdeñado por nadie en México, ya que la implicación es que de ganar Hillary Clinton, que es lo más probable, Ebrard tendrá la aprobación y apoyo de Clinton. Si Ebrard decide apoyar a un candidato presidencial en 2018, ese candidato tendrá el respaldo del gobierno de Estados Unidos con Hillary Clinton en el poder.
Eso le da a Marcelo Ebrard un poder político nunca antes visto en México; Un político de izquierda con el respaldo del gobierno de Estados Unidos. Algo nunca antes visto desde que Franklin D. Roosevelt decidió no meterse con la decisión del General Lázaro Cárdenas del Río de expropiar el petróleo.
Y claro: eso significa que en un futuro no muy lejano Ebrard tendrá su desquite político. Los que lo quisieron joder sólo por evitar que pudiera ser candidato a la presidencia se van a llevar un chascaso. Porque al final, Ebrard podrá regresar a competir por la presidencia y hasta a Estados Unidos tendrá apoyándolo.
Ya quisieran eso los que aspiran a la presidencia en todos los partidos. Particularmente en el partido en el que tantas injusticias le hicieron a Marcelo Ebrard: el PRD.
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