Sin duda el gran perdedor de las elecciones del domingo 5 de junio fue el PRI. De acuerdo con los avances del PREP y los conteos rápidos, el PRI perdió Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Aguascalientes, Veracruz y Quintana Roo, estados en los que gobernaba.
La pérdida de Veracruz es particularmente grave para el PRI, ya que se trata de una de sus dos principales cajas chicas de compra de voto en elecciones presidenciales.
El premio de consolación para el PRI fue haber ganado Sinaloa, Hidalgo, Zacatecas, Tlaxcala (estos dos últimos que ya gobernaba) y haber recuperado Oaxaca, aunque en el caso de Zacatecas, Oaxaca y Tlaxcala pudo ganar gracias que Morena dividió el voto opositor.
Esto significa que el PRI llegará súmamente debilitado a las elecciones de 2018, pero aún con posibilidades de hacerle fraude a Andrés Manuel López Obrador con compra de votos.
Porque al final el gran beneficiado de la debacle del PRI es AMLO, cuyo partido, Morena, no logró nada electoralmente (no en el DF, donde sus votos no le alcanzaron para tener mayoría de un tercio en el Constituyente), hizo el ridículo en varios estados y a pesar de que se esforzó en ayudarle al PRI en Veracruz, no pudo impedir que el PRI perdiera y la coalición PAN-PRD ganara.
Aún así, pese a la debacle del PRI y a que el principal beneficiado de esta debacle es AMLO, López Obrador deberá hacer dos cosas si quiere garantizar que el PRI no le podrá hacer fraude en 2018.
Primero, AMLO debe ordenarle a Morena que se haga a aun lado en las elecciones del Estado de México en 2017 y no debe interferir con una alianza PAN-PRD que pueda enfrentar al PRI en el estado de Enrique Peña Nieto. Si esa alianza postula, por ejemplo, a Alejandro Encinas, o a otro candidato fuerte de izquierda, y Morena no divide el voto opositor, el PRI perderá Edomex. Y si el PRI pierde Edomex, se queda sin cajas chicas para comprar voto, lo cual garantizará que el PRI no le podrá hacer fraude a AMLO nuevamente con tarjetas Soriana.
Lo segundo que debe hacer AMLO es frenar su propia soberbia y buscar de inmediato a la dirigencia del PRD para empezar a armar una alianza electoral con el Sol Azteca para 2018. Porque ni en la Ciudad de México, donde Morena tuvo sus mejores resultados, sus ganancias fueron pírricas.
Sí; Por cada 10 votos que tuvo Morena en el DF, el PRD tuvo casi 9 votos. En otras palabras, para fines estadísticos, Morena y el PRD en el DF siguen en empate técnico.
Por lo cual, a AMLO no le queda de otra; debe hacer alianza con el PRD para que los 9 u 11 puntos del PRD en preferencias electorales refuercen a la candidatura de AMLO y Margarita Zavala no lo pueda rebasar.
A cambio de hacer esa alianza, AMLO deberá cederle la candidatura de la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México al PRD. De esa forma habría balance y contrapesos entre ambos partidos.
Si no lo hace, AMLO se arriesga a que el PRI le haga fraude o a que Margarita Zavala lo rebase. ¿Y todo para qué? Porque al final el PRD no está tan lejos de Morena en preferencias electorales, y al ser elección presidencial el voto perredista en el DF sube.
Así que tanto AMLO como los fans de Morena deberán bajarle tres rayitas a las masturbaciones mentales y a la soberbia. No ganaron. No han ganado nada. Ni en el DF lograron los 34 diputados constituyentes que cacareaban que tendrían. Tuvieron suerte de que perdiera el PRI en Veracruz porque así llegará debilitado a 2018. Pero si no empiezan a espabilar la baba y alivianar el mosquero, una vez más el PRI o el PAN le va a ganar la elección a AMLO.
AMLO puede evitarlo no interfiriendo o sumándose a la una alianza PAN-PRD en Edomex y haciendo alianza con el PRD en 2018. De otra manera, se arriesga a perder nuevamente en 2018. Y si pierde en 2018, esta vez será 100% por su culpa, por no haber hecho caso a las recomendaciones electorales que le hicieron dos años antes.
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