Con esto de que el PRI ya puso por dedazo a Omar Fayad de candidato a gobernador de Hidalgo, no está por demás recordar lo fascista y pendejo que Fayad ha demostrado ser.
Empecemos por su gracia más reciente; la Ley Fayad con la cual pretendía censurar a internet y que tuvo que echar para atrás de mala gana ante las quejas en redes sociales por la enorme pendejada que proponía al pretender que fuera delito el simple hecho de prender una computadora.
La Ley Fayad, cabe recordar, otro de los varios intentos del PRI por censurar internet. Esta vez tampoco pudieron, pero estuvieron cerca. Fayad disfrazó una ley mordaza como si se tratra de una ley para proteger a usuarios de internet copiando y pegando pendejadas de leyes arcáicas de Venezuela de hace más de 10 años.
Pasemos ahora al lamentable incidente en el cual Fayad pretendió que los normalistas y no Enrique Peña Nieto fueran los responsables de encontrar a los 43 normalistas de Ayotzinapa. Hasta video hay.
¿O qué tal cuando Fayad dijo que la izquierda pretendía engañar a los trabajadores de Pemex por alertar que habría despidos masivos en Pemex? Eso fue en enero de 2014, cuando se acordó con el priista Carlos Romero Deschamps despedir a 3 mil trabajadores en Pemex. Para enero de 2016 El Universal publicó que Pemex despedirá a 13 mil trabajadores.
¿Quién engañaba entonces a los trabajadores? Pues Fayad.
Y la lista sigue. Fayad es una de las peores alimañas que tiene el PRI. Pero en vez de castigarlo por la Ley Fayad y sus otras pifias, lo premian dándole una candidatura a gobernador.
Lamentablemente no hubo alianza PAN-PRD en Hidalgo, lo cual hubiera podido frenar al PRI. Así que lo único que queda para poder impedir que Fayad sea gobernador es una alianza de facto entre el PAN y el PRD. Es eso, o que un fascista y un pendejo como Fayad sea gobernador y de pilón le siga abriendo el presupuesto de Hidalgo al PRI para comprar votos en 2018.
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