Llevo meses diciendo que Donald Trump no podría ganar la presidencia de Estados Unidos porque todas las encuestas presidenciales muestran que le ganaría cualquier candidato Demócrata.
Y de acuerdo a encuestas recientes, el margen por el cual Trump perdería sería de hasta 20 puntos. Algo inédito en Estados Unidos desde hace años.
El detalle es que Trump no será candidato.
Lo que voy a decir a continuación tiene un sólo objetivo: dejar claro por enésima vez que la prensa mexicana está plagada de pendejos e ignorantes que nadamás hacen alarmismo sin saber un carajo sobre política de Estados Unidos. Es decir, sólo desinforman.
"Oh no! Trump podría ser presidente!" es la cantaleta alarmista en los medios. Tal vez para desviar la atención del hecho de que el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto es un una fisa scéptica de corrupción. O tal vez porque a muchos les gusta creer que Estados Unidos es el villano de la película. Pendejos y más que pendejos todos los que se fueron por ese lado.
La realidad es que en Estados Unidos ni el partido Republicano quiere que Donald Trump sea candidato.
Trump ha sido precandidato a la presidencia varias veces. Y siempre ha fracasado. En 2012, por ejemplo, hasta chistes hicieron en el Daily Show, cuando aún lo conducía Jon Stewart, porque Trump se rajó de la campaña. Y es que Trump siempre ha sido fuente de humor involuntario por las pendejadas que dice.
Esta vez, en 2016, Trump logró avanzar en las encuestas porque hubo 17 precandidatos y todos dividían el voto de derecha. Trump era el que parecía tener más preferencia y merolicos de ultraderecha como Ann Coulter empezaron a promoverlo, así que poco a poco la fanaticada de derecha creyó que de verdad Trump podría ganar la presidencia.
Pero es al revés: todas las encuestas muestran que no sólo no ganaría, sino que además está cayendo cada vez en las preferencias presidenciales.
"¡Nosierto! ¡Sigue ganando elecciones!" dirán los despitados. Pero esas elecciones son internas del partido Republicano. Lo único que quieren decir es que alrededor de un tercio de los Republicanos -los más fanáticos- quieren que sea candidato. El resto del voto está dividido entre Ted Cruz, Marco Rubio y John Kasich, los cuales son igual de nefastos.
Luego del llamado "Super Tuesday" (súper martes), en el cual hubo primarias en 14 estados, el partido Republicano entró en pánico y empezó a armar una estrategia para impedir que Trump sea candidato. ¿Por qué? Porque Trump está poniendo en evidenicia a los Republicanos como una punta de fascistas e hijos de puta. Y eso al final le afecta al partido en todo el país, tanto para la elección presidencial como para las elecciones legislativas y de gobernadores.
El plan de los Republicanos para frenar a Trump consiste en que Ted Cruz, Marco Rubo y John Kasich no se bajen de la contienda y sigan de precandidatos hasta la convención del partido Republicano en la cual se votará por el candidato presidencial.
Si Cruz, Rubio y Kasich no se bajan de la contienda, Trump no lograría la mayoría necesaria de delegados para la convención, por lo cual el partido estaría en posibilidad de elegir por sus pistolas al candidato, pasándose por abajo los votos de la mayoría de los Republicanos que votaron por Trump.
La pregunta es, ¿a quién van a poner los Republicanos de candidato?
No van a poner a Ted Cruz porque nadie lo traga en el partido Republicano. Ni sus compañeros de bancada en el Senado lo tragan. Además de que su postura de ultraderecha es igual de dañina para el partido.
Así que o ponen a Marco Rubio o ponen a John Kasich. De los dos, Rubio tiene la mayor cantidad de delegados, pero Kasich es la opción que más se ajusta a lo que quieren los Republicanos, por lo cual el candidato Republicano podría ser John Kasich con Marco Rubio de candidato a vicepresidente.
O al revés: Rubio de candidato con Kasich de vicepresidente.
Si no hace eso el partido Republicano, entonces a lo que se arriesga es a que Trump sea candidato y le cause al partido la peor derrota en décadas.
Así que una de dos: O quitan a Trump para poner a Marco Rubio o John Kasich, o dejan que Trump sea candidato y pierdan de manera bochornosa.
Veo más probable que sea lo primero: que quiten a Trump a la de a wilbur y pongan a Rubio o a Kasich. Trump hará barrinche y mentará madres, pero al final es el show que siempre hace.
Y ya fin. Ganará Hillary Clinton o Bernie Sanders en las elecciones de noviembre, dependiendo de quién quede de candidato Demócrata.
Así que la prensa mexicana ya puede PARAR DE MAMAR LA CORNETA con sus pendejadas alarmistas sobre Donald Trump. El güey jamás tuvo ni la más remota posibilidad de ganar la elección presidencial, pero los medios en México le dieron cuerda para asustar a la gente y desivar la atención del hecho de que la prensa mexicana se calla las verdades incómodas sobre el PRI.
Tenchingando entonces.
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