Publicó El Universal el 25 de agosto pasado que la calificadora Moody's redujo la calificación de Pemex con posibilidad de baja por el hecho de que va a generar menos ingreso por la caída del precio del petróleo.
Pero el problema grave no es ese, sino el hecho de que, de acuerdo con Moody's, la deuda de Pemex seguirá creciendo y no hay dinero para pagarla.
"La compañía tendrá necesidades de endeudamiento mucho mayores para financiar el flujo de efectivo libre negativo ahora que los precios del petróleo cayeron más de 60% en el año pasado", dijo Moody's de acuerdo con El Universal.
Pero a menos de que el gobierno le inyecte importantes cantidades de capital a Pemex, o reduzca la carga fiscal y de derechos de Pemex de manera significativa, Pemex tendrá más necesidades de endeudamiento en 2016 y 2017.
TRADUCCIÓN: Pemex no está generando suficiente ingreso, por lo cual va a tener más deuda. Así que a menos de que Pemex pague menos impuestos al Estado, no podrá pagar su endeudamiento.
El problema es que con la reforma energética de Enrique Peña Nieto se le redujo la carga fiscal a Pemex de manera significativa. Para eso hicieron la reforma fiscal los priistas; porque sabían que privatizando Pemex habría menos ingreso y el hueco en las finanzas por la pérdida de ingreso de Pemex lo tendría que pagar el contribuyente, mientras que empresas privadas se hincharían de dinero... del contribuyente al pagarles por extraer petróleo.
Peor: Pemex ahora tiene que pagarle entre 31% y 40% de la ganancia a la única empresa privada que ha recibido contratos de la Ronda Uno para extaer petróleo. Eso siginifica aún menos ingreso para Pemex y, por ende, menos posibilidades de pagar las deudas de Pemex.
Lo cual quiere decir que por culpa de la reforma energética de Enrique Peña Nieto, Pemex no podrá pagar sus deudas y encima le tendrá que dar el dinero que podría usar para pagar sus deudas a empresas privadas que nisiquiera se necesitan para extraer petróleo, ya que donde operarán será en aguas someras, donde Pemex tiene amplia experiencia extrayendo petróleo por sí misma.
Y puesto que los precios del petróleo no se recuperarán en varios años, esta situación a lo que va a llevar es a que si el PRI gana las elecciones en 2018, con toda facilidad podrán decir que como Pemex genera mucha deuda, entonces mejor hay que rematarla y que los privados se queden con todo el sector energético.
Lo cual significará que los contribuyentes, particularmente los de clase media, serán los que terminarán pagando con más aumentos de impuestos el enorme boquete que la desaparición de Pemex causaría a las finanzas públicas.
Sólo hay una manera de impedir eso; no votar por el PRI en 2018 -ni por el PAN, ya que harían lo mismo- y votar por la izquierda para que echen abajo la reforma energética privatizadora de Enrique Peña Nieto.
Es eso o que usted pague más impuestos y gasolina más cara.
NOTA: Escribí esta columna en agosto de 2015. La estoy publicando casi medio año después y todo lo que dice está cumpliéndose tal cual. Pemex ya despidió a un montón de gente y, de acuerdo con una nota de Reforma publicada el 29 de enero de 2016, Pemex tendrá que reducir sus inversiones en exploración para ver si así suben los precios del petróleo. El problema es que si eso ocurre, México se queda con menos reservas petroleras y, por ende, se debilita el peso. Ah, pero en blogdeizquierda.com somos los loquitos de internet y nadie nos quiere hacer caso. Bueno. Contra la pendejez no hay medicina.
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