Reforma publicó ayer que asociaciones de ciclistas de la Ciudad de México, incluyendo a los famosos Bicitekas, se quejaron por el hecho de que el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, anunció que a los que paguen sus multas de tránsito en 10 días o menos de la infracción se les permitirá pagar solamente 20% de la multa. Los ciclistas señalan que al relajar la aplicación del reglamento de tránsito "descorazona la oportunidad de construir una movilidad para todos."
Tienen razón los ciclistas. Reducir los montos de las multas es un grave error por parte del Jefe de Gobierno.
Lo digo estríctamente en base al principio de economía social de los incentivos.
Sí; en economía social, el comportamiento de la gente depende de incentivos. El nuevo reglamento de tránsito generó un incentivo muy fuerte para que la gente respetara la ley: multas elevadas.
Y funcionó. La gente redujo la velocidad al conducir y hasta dejó de invadir las cebras peatonales en las esquinas. Mucha gente notó los cambios en el comportamiento de los conductores en el DF a raíz de que aumentaron las multas. El propio GDF puede ver las imágenes de las cámaras de la SSP-DF de antes y después de la entrada en vigor del nuevo reglamento de tránsito y notar la diferencia.
¿Por qué entonces se relajó el cobro de las multas?
Pues por presión política. Los de Morena hicieron tanto ruido que ahora Mancera, al parecer, está tratando de frenarles su show.
Lo cual, la verdad, es francamente lamentable, ya que de todos modos los panchos que hace Morena no proceden legalmente. Ni sus amparos ni su petición de plebiscito. Y además son hipócritas, ya que el primero que compró cámaras de radar fue Andrés Manuel López Obrador.
Eso para empezar. En segundo lugar, los ciclistas también hicieron esta declaración:
"No hay por qué ceder ante sólo 30 por ciento de la población que se mueve en auto, cuando el Reglamento de Tránsito busca promover una cultura de movilidad que incluye al otro 70 por ciento."
Lo que dicen es cierto, pero además los automovilistas nisiquiera tienen excusa para molestarse por las multas. Como mencionamos en esta columna, las multas más altas que se aplican en el DF en el nuevo reglamento de tránsito no afectan a la mayoría de los conductores, sino a los transportistas de carga, principalmente a los que llevan sustancias tóxicas.
El resto de las multas, las que sí aplican a los automovilistas convencionales, están en alrededor de 2 mil pesos. Cobrarles sólo 20% reduce la multa a alrededor de 400 pesos.
Lo cual, regresando al asunto de economía social, elimina el incentivo que estableció el nuevo reglamento de tránsito para respetar la ley.
Lo hemos dicho antes; si antes los automovilistas en el DF iban a exceso de velocidad, no marcaban direccionales, invaían cebras peatonales, y cometían otras infracciones, era por falta de un incentivo que los obligara a obedecer el reglamento de tránsito. Las multas bajas esencialmente le daban permiso a los conductores del DF a pagar por el privilegio de violar la ley.
Con el nuevo reglamento de tránsito se acabó el incentivo para violar la ley (multas bajas) y se estableció un incentivo para no violarla (multas altas).
Así que le doy la razón a los ciclistas; el Jefe de Gobierno del DF, Miugel Ángel Mancera, no debe relajar el reglamento de tránsito y debe regresar las multas al nivel que dice el reglamento de tránsito.
En todo caso, si quiere el GDF mostrarse tolerante, debe ofrecer el incentivo de pagar sólo la mitad de la multa (no el 20%) a quienes cometan una infracción por primera vez y sólo si se trata de automovilistas promedio, no de transportistas de sustancias tóxicas. Pero a los demás no se les puede dar el beneficio de reducirles las multas si ya demostraron que no son capaces de respetar el reglamento de tránsito.
Entiendo que Mancera tiene una precupación política por el rudio que hizo una minoría por el reglamento de tránsito. Pero lo que de verdad va beneficiar al DF no es una decisión política, sino una decisión en base a análisis económico.
Porque si algo nos ha enseñado la historia reciente en México es que las decisiones políticas no funcionan. En cambio, las decisiones económicas siempre dan resultado. Como en el caso del reglamento de tránsito al aumentar las multas.
Por caerle bien a algunos automovilistas -no todos se han quejado del nuevo reglamento de tránsito-, al relajar las multas Mancera está arriesgando que deje de funcionar el incentivo que ya estaba dando resultados para mejorar la movilidad y el respeto a la ley en la Ciudad de México.
¿Qué caso tuvo cambiar el reglamento de tránsito entonces?
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