Que Gerardo Fernández Noroña anda diciendo que pretende ganarle la candidatura de izquierda a Andrés Manuel López Obrador para 2018.
Lo cual al único que benficiaría sería al PRI.
Y es que de acuerdo con todas las encuestas, el PRI está en segundo lugar o en empate técnico con AMLO dependiendo de la encuesta y de quién sea el candidato del PRI. También dependiendo de quién sea el candidato del PAN.
En realidad lo que más le está pegando al PRI es la posible candidatura independiente del Bronco, ya que el Bronco sólo atrae voto de derecha.
Con voto dividido de derecha, el PRI y el PAN tendrían serias dificultades para poder rebasar a AMLO aunque AMLO les lleve una ventaja pequeña. Máxime si de último minuto AMLO decidiera tener algo de sensatez y se acercara al PRD para ser candidato a la presidencia a cambio de ceder la candidatura al GDF al PRD.
Como el PRI no parece estar en posibilidad de convencer al Bronco para que no se postule, y por ende el voto priista estará claramente dividido en 2018, lo único que le queda al PRI para poder frenar a AMLO en las urnas es dividir el voto de López Obrador.
¿Cómo dividirlo? No con el PRD. En todas las encuestas AMLO tiene la mayoría del voto de izquierda para 2018 inclusive con un candidato perredista aparte.
Por consiguiente, la única manera de dividir el voto de AMLO es manándole un cachirul "independiente" que divida el voto de la ultraizquierda, que es el que apoya a AMLO.
Ese cachirul es Noroña, quien opera para el PRI desde hace años, y quien ya no tiene futuro en ninguno de los partidos de izquierda.
Noroña en realidad ya había entendido que no es tan poderoso ni tan popular como él pensaba. Su intento de partido político (el "MIL") fue un mal chiste. Su "star power" como candidato pluri no le alcanzó para que el PT pudiera conservar el registro en junio pasado (se tuvieron que aliar PRD, MC y PT para que el PT conservara el registro por medio de la elección extraordinaria de Aguascalientes). Y ahora apenas tiene vida política haciendo show para los intereses del PRI. Una especie de Lombardo contemporáneo, pues.
Es por todo eso que llama la atención que de repente y de la nada Noroña salga con que quiere la candidatura de AMLO.
¿De dónde o por qué?
Podría suponer lo que pasó. Alguien que vive de lambisconearle al PRI y a Enrique Peña Nieto, y que tiene la correa de Noroña en la mano, debe haber recibido línea del PRI para tratar de hacer que Noroña fuera candidato independiente de izquierda y de esa forma se dividiera el voto de AMLO.
El detalle es que nadie va a pelar a Noroña. Ahora sí va a quemar en definitiva las migajas de capital político que le quedaban.
En cierta forma si Noroña divide el voto de AMLO será una especie de ironía en la cual AMLO, quien dividió el voto de izquierda por medio de Morena en 2015 y le ayudó al PRI y al PAN a tener mayoría en la Cámara de Diputados, sería quien vería su voto dividido.
Pero eso si bien sería un bien merecido caso de justicia poética para Morena, sería al mismo tiempo un enorme desastre para el país, ya que le permitiría al PRI quedarse otros 6 años en el poder.
Por lo cual la izquierda no puede permitir que el voto de izquierda se divida en 2018.
Me imagino que quien le calentó el coco a Noroña para que pensara que de verdad puede ganarle a AMLO debe de haber pensado que así podría mover sus piezas a conveniencia tanto con AMLO como con el PRI.
Si AMLO va a ganar, quien convenció a Noroña pretenderá convencer a AMLO de que a cambio de que le perdone el haberlo traicionado yéndose a lamerle las bolas a Peña Nieto, le diga a Noroña que mejor se baje de la contienda. Y si el que termina ganando es el PRI, pues le puede ir a decir que fue él quien convenció a Noroña de dividir el voto de izquierda y por lo tanto le deben dar otros 15 millones de pesos en publicidad que nadie ve.
Al margen, el hecho concreto es que Noroña ya se convirtió en el nuevo Roberto Campa del PRI y su onda esa de ganarle la candidatura a AMLO no es otra cosa más que un intento del PRI por dividir el voto de izquierda ante la inminente derrota del PRI en 2018.
¿Qué hacer al respecto? Muy sencillo: no pelar a Noroña y, de hecho, mandarlo mucho al cuerno. Porque para fines prácticos, Noroña opera para el PRI.
PD: Si Noroña quiere jugar al candidato independiente que lo haga postulándose para el GDF en 2018. De todos modos perdería cualquier candidatura por la cual se quisiera postular. Que pierda entonces en el DF, donde no hay riesgo de que el PRI pueda ganar.
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