viernes, 25 de diciembre de 2015

LA TRADICIONAL HOMILIA DE NAVIDAD DE POMPONIO DE LOYOLA, S.J.

Advertencia: si no leen esto se van derechito a Infiernotitlan.

Homilía de Navidad del Pr. Pomponio de Loyola, S.J., a la feligresía de la iglesia de Cristo Rey de San Adolfo Hitler, Xalisco

¡Hijos míos!

Estos días la santa madre iglesia se encuentra de plácemes. ¡Es un gran día! ¡El mejor de todo el año! Si, hijos míos, hoy, hoy, hoy, es cuando las alcancías se llenan mas y las entradas se maximizan. También, por cierto, es el día del nacimiento de Jesús. Ansina que…¡suelten la feria, cabrones, o los excomulgo y se van derechito y sin escalas a Infiernotitlan!

Y bien, es tradición relatar la historia del nacimiento de Chucho…ajem…empezare….

En aquellos días el Cesar ordeno que todos los proles se reunieran en sus pueblos natales para darse de alta en hacienda. Estos son tramites muy engorrosos pero necesarios pues ansina Lolita sabría a quien de entre la prole podía pagar y cuanto y no tendrían entonces que andar molestando a los patroncitos chulos del CCE. Bien, pos José se fue pa su pueblo, Belénotitlan el Alto, a registrarse ahí en la oficina local de hacienda. Y se llevo a su esposa, María, que ya estaba pa reventar.

Dejen les explico sobre José y María. No son dos exactamente una familia ideal. Por principio, José ya estaba rete ruco y no paraguas ni con viagrasos. María, por supuesto, pos era pollita, tal vez tenía sus 17 años. O sea, María podía no ser solamente su hija sino hasta su nieta. ¡Y como el ruco de José pos no levantaba vapor la chamaca estaba jariosa todo el tiempo!

Aparentemente María había dado un malpaso con el Sancho de José, un fulano al que llamaban “el Palomo”. Este Sancho se metía a hacer cochinadas con María cuando este andaba fuera y, peor, se chupaba todas sus cervezas y ni siquiera las reemplazaba. José no se quejaba de que le pusieran los cuernos pues por lo menos ansina a la niña se le calmaba la calentura. Lo que si le encabronaba era no encontrar su six de Tecate cuando regresaba a la casa.

El caso es que en esos días andaban los candidatos a la purpura visitando Palestinaxaca. Como siempre, esos cabrones traen un sequito de lagartones, guaruras, comitivas, jilgueros, etc. Y, peor, toda la indiada que andaba de mojados en Roma se había tenido que regresar para empadronarse. Ansina que nomas no había cupo en ningún hotel. Y miren que José tenía una tarjeta de recomendación de la CNOP que le habían dado en el partidazo pero ni ansina le querían dar un cuarto.

Pos ya María estaba en extremis y el hijo del Palomo ya andaba dando de patadas queriendo salir del buche. Los peregrinos tocaron en varios lugares y como bien saben ustedes, les decían “aquí no eee-ees mesón…vayan a chingar su maa-aadre…” Finalmente, José logro que un fulano a quien apenas conocía le diera permiso de pernoctar en una narcotiendita/picadero/congal de las que abundaban en el pueblo. Le decían “El Establo” porque quesque el que entraba salía rete burro.

Fue en un tapanco atrasito de “El Establo” donde los del valet parking estacionaban los camellos, que se tuvieron que plantar José y María. Y no tardo en que María dio a luz a Jesús, ahí, en ese lugar, entre gallinas, mojones de camello, y un encobijado que estaba embolsado a la entrada.
Dejen contarles que se armo un desmadre. Por principio hubo una especie de fenómeno astrológico inexplicable. Una estrellota pareció posarse
directamente arribita del tapanco. Y su luz caía directamente sobre este. Varios borrachos que habían salido de “El Establo” a vaciar la vejiga lo vieron. Toda la bola de drogos, padrotes, pirujas, narcomenudistas salieron a ver lo que acontecía y se quedaron de a seis viendo.

Luego, peor, se dejo venir una turba de campesinos. Eran acarreados que habían sido convocados por la CNC pues el candidote del partidazo les iba a repartir despensas en Belénotitlan el dia siguiente. Estos cabrones vieron la estrellota también y pensaban que les iban a dar también show de luz y sonido y que la gringa gorda Britni les iba a bailar y que no nomas les tocaría despensas.

Pero todo mundo se quedo asombrado cuando vieron una imponente caravana llegar ahí también. Estaba escoltada por sicarios fuertemente armados. Algunos pensaban que era uno de los candidotes. Pero no, ¡se trataba de los tres reyes narcos! Y estos habían venido directamente desde el oriente…el oriente de Sinaloa, es decir de la sierra madre pues habían oído que había nacido ahí mesmo en Belénotitlan el rey de reyes, el zeta nomber guan, y venían a presentarles sus respetos, ¡como chingaos no!
Lo de la estrellota, pos esa era una chingadera de los gringos que tenían uno de esos aviones robots y había detectado que Chucho había nacido. Como los gringos tienen nexos con los tres reyes narcos pos alumbraron para que estos se guiaran y no equivocaran el camino.

Estos reyes narcos depositaron oro, incienzo, mirra, y varios kilos de talquito sin cortar y pacas de yerba mala enfrente del niño recién nacido. Traían hasta a los Tigres del Norte y estos empezaron ahí mismo a armar jolgorio, de ahí aquello que se oían coros celestiales. Entre abrazos y besos que les dieron los tres reyes narcos José le entro al polvo y hasta se sintió rejuvenecido y se puso a hablar de negocios con los tres reyes narcos.

Toda la bola de viciosos, mirones, los campesinos acarreados, etc., etc., pos se pusieron de rodillas al paso de los tres reyes narcos pues les “habían enseñado a respetar”. Pero no falto un guey que dio un pitazo. El general de la zona fue avisado y luego luego se presento. Pero cuando él y sus hombres vieron los tres reyes narcos ¡pos de inmediato se cuadraron y presentaron armas! Ansina luego luego los soldados organizaron un operativo y retiraron a los viciosos y acarreados y pusieron vallas y retenes. ¡Ni modo que el rey de reyes se iba a juntar con la prole!

Y fue ansina, hijos míos, que José, nada pendejo, se hizo de harta feria vendiendo lo que los tres reyes narcos le habían llevado. Quesque el Palomo amaneció encobijado por el rumbo de Cesarea y todo mundo supo que José tenía palancotas y lo empezaron a respetar. José hasta puso una carpintería chingona y recibía contratos de SEDESOL. Pero la verdad eso de la carpintería nomas era para taparle el ojo al macho porque en realidad operaba todas las narcotienditas de Belénotitlan el Alto y sus proveedores eran los tres reyes narcos.

Y esto es verídicamente lo que ocurrió en aquellos días, hijos míos. No se anden creyendo eso de que Chucho era probe. Digo, ¿Cómo chingaos pudo haber sido probe si su iglesia tiene harta lana? Y hablando de eso, cabrones, móchense con las limosnas porque me voy de vacaciones a Cortina de A Peso o como se llame esa chingadera y me va a costar una buena feria. Ustedes celebren con su maruchan y sigan siendo mansitos pues, acuérdense, todos sus sufrimientos y penurias serán recompensadas en el más allá. Bien, ego te jodum, arrozum est coccis, congolo quiña quiña, ¡aaa-meeen!


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